"Todo lo ha hecho Dios"

A modo de conclusión, quien hace cabeza en el Opus Dei en Uruguay, toma palabras de San Josemaría para explicar que los frutos que se ven en los 19 departamentos son obra únicamente de Dios. Destaca también la variedad y universalidad de la labor del Opus Dei en el país a raíz de que, como decía San Josemaría, "de cien almas nos interesan las cien"

En mi calidad de Vicario del Opus Dei en Uruguay, escribo unas palabras que sirvan de conclusión para este libro. Se las pido prestadas a San Josemaría: "todo lo ha hecho Dios". Cuando le hacían ver los frutos que se iban consiguiendo -eran innegables- por el trabajo apostólico de sus hijos del Opus Dei, solía repetir con plena convicción: "todo lo ha hecho Él". Es así y así lo será siempre en todas partes. Y aquí en Uruguay también. "Todo lo ha hecho Él", sirviéndose de unos hombres y mujeres fieles que fueron buenos instrumentos en sus manos.

Pedí la Admisión en el Opus Dei en marzo de 1964. En ese entonces, en Uruguay se estaba en los comienzos. Asistía al primer Centro que hubo en Montevideo, la residencia universitaria Iará, en Bvar. Artigas 1176.

Pasaron cerca de 40 años y en estas décadas he sido testigo -como tantos otros- de la expansión del trabajo apostólico. Realmente hay que repetir "todo lo ha hecho Dios". Y dar gracias al Señor por ver que el Opus Dei ha echado raíces firmes en la patria de Artigas. Y que es una realidad palpable que "de cien almas nos interesan las cien", como afirmaba San Josemaría.

Hay personas de la Prelatura desparramadas a lo largo y ancho del país, prácticamente en los diecinueve Departamentos. Hay intelectuales y trabajadores manuales; negros y blancos; pobres y ricos; sanos y enfermos; de relevancia y de los que no son noticia; jóvenes y viejos; solteros y casados... Es una maravilla.., y por eso corresponde dar muchas gracias a Dios. Hay también una notable variedad de iniciativas apostólicas, todas ellas con una finalidad espiritual y que desarrollan actividades de interés público: residencias universitarias, dubes juveniles, la Universidad de Montevideo, el Centro Educativo Los Pinos, varias Escuelas familiares agrarias, el CADI (Centro de Apoyo al Desarrollo Integral), la Escuela de Hotelería Del Plata, etc. La Prelatura se encarga de la orientación cristiana de esas labores.

En ellas se advierte fácilmente esa universalidad que estoy intentando destacar. Doy gracias al Señor por las labores de promoción social que han surgido y que seguirán surgiendo, en beneficio de aquellos que más lo necesitan; es parte de la herencia espiritual que nos dejó el nuevo santo. En los días de la canonización de San Josemaría, el Papa Juan Pablo II, señaló: "Escrivá de Balaguer fue un santo de gran humanidad. Todos los que lo trataron, de cualquier cultura o condición social, lo sintieron como un padre, entregado totalmente al servicio de los demás, porque estaba convencido de que cada alma es un tesoro maravilloso; en efecto, cada hombre vale toda la sangre de Cristo. Esta actitud de servicio es patente en su entrega al ministerio sacerdotal y en la magnanimidad con la cual impulsó tantas obras de evangelización y de promoción humana en favor de los más pobres."

Quiero agradecer a quienes han trabajado en la edición de este libro y a quienes brindaron su testimonio. De modo particular a S.E.R. Mons. Javier Echevarría por sus palabras y por sus cuidados de Pastor y Padre de la Prelatura del Opus Dei.

    Pbro. Enrique Doval, Vicario del Opus Dei en Uruguay n// Libro "San Josemaría y los uruguayos", año 2002