Mi nombre es Alfonso Abascal. Tengo 30 años. Estoy casado con Carmen desde hace cinco -seis va a hacer ahora en junio. Tenemos tres niñas estupendas de 4, 3 y 1 año, año y medio, más bien.
La historia es que nos vamos a vivir a Uruguay, nada menos. Yo soy aparejador y, nada, debido al momento de crisis tan grande que tenemos en España, y después de haber estado un par de veces en el paro, en una situación un tanto dramática, pues me ha surgido la posibilidad de irme a vivir a Montevideo (Uruguay), como delegado de una empresa promotora-constructora española, y para allá que nos vamos.
Los dos somos supernumerarios del Opus Dei, y esto hace que las cosas se vean de una manera quizás menos dramática. La visión sobrenatural que te hace ver que todo es para bien y que, aunque esto supone un gran sacrificio, sobre todo para mi mujer, que trabaja muy cerca de casa y que su familia está también aquí muy cerca, pues sepamos que en el fondo es lo que nos conviene y nos vamos tan contentos de empezar esta nueva aventura.
Carmen y las niñas vendrán en julio, cuando acabe el curso, más o menos. Va a ser un poco duro por eso de la separación, van a ser unos cuantos meses, aunque entre medias, en mayo, nos vamos a ver en Roma, porque uno de mis hermanos, el mayor, se ordena sacerdote y, por supuesto yo no me lo pierdo y Carmen y las niñas tampoco.