A los pocos meses de haber nacido, diagnosticaron epilepsia a mi hijo. Llegó a sufrir un promedio de diez episodios epilépticos diarios. El neurólogo que lo empezó a tratar nos dijo que el tratamiento podría durar tres años.
ni el médico se explica cómo desaparecieron tan rápido los síntomas o ataques de la epilepsia
Empezó a tomar sus remedios. Al mismo tiempo, mi señora y yo se lo encomendábamos diariamente a don Álvaro del Portillo, rezando [la oración de] su estampa cada día. A los pocos meses, tres máximo, los ataques epilépticos se redujeron a cero. Sigue tomando dosis mínima de remedio, pero ni el médico se explica cómo desaparecieron tan rápido los síntomas o ataques de la epilepsia.
El tratamiento debía haber durado mucho más, pero duró pocos meses, partiendo con más de diez episodios hasta llegar a cero, hace más de un año. Nunca más presentó síntomas. No hay duda que la oración a don Álvaro influyó en su extraordinaria y rápida sanación. Eternamente agradecido al beato don Álvaro.
O.U., Chile, mayo de 2017
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