¿Quién sería aquella chica que me dio la estampa de Álvaro del Portillo?

Dos años y medio en paro. Secretaria. 54 años, separada, dos hijos a mi cargo. Hipoteca insufrible. A pesar de mi buen currículo, de tener una amplia familia unida y religiosa, me encontraba en paro.

Estaba ya anunciando mi piso para alquilarlo, me iba a vivir con mi hija a casa de mi madre. Estaba muy muy desesperada. Pensaba y sentía que no servia para nada. Que no era nada. Que ya se había terminado todo.

Esa tarde del 18 ó 19 de septiembre estaba orando, rezando y llorando en la capilla de mi parroquia. Rezaba, lloraba... y volvía a rezar.

Estaba muy muy desesperada. Pensaba y sentía que no servia para nada. Que no era nada. Que ya se había terminado todo

Estaba yo sola en la pequeña capilla, eran las 7 de la tarde. Lloraba.

Entonces se me acercó una chica de la edad de mi hija, de unos 26 años. Me preguntó si me pasaba algo, si me podía ayudar. Yo le expliqué, llorando, mi situación. Entonces me dijo que rezase a D. Álvaro del Portillo, que me concedería lo que le pidiera, que era muy bueno. Que justo la semana siguiente sería su Beatificación...

Entonces se me acercó una chica de la edad de mi hija, de unos 26 años. Me preguntó si me pasaba algo, si me podía ayudar. Yo le expliqué, llorando, mi situación. Entonces me dijo que rezase a D. Álvaro del Portillo

Yo le dije, llorando, que no le conocía, pero que lo buscaría. La chica me dejó a solas con mis oraciones, silenciosa, tranquila y con una medio-sonrisa salió de la capilla.

Yo me quedé un rato más para terminar de rezar y de llorar. Para recomponerme y salir a la vida real, dura...

Allí estaba la chica, en la puerta de fuera esperándome con una estampa de D. Álvaro del Portillo. Me la dio y me dijo que le rezase.

Así que me aferré a aquella estampa y a mi libro de oraciones "Vida y Piedad". Comencé una novena.

Después de un año y medio, me han subido el sueldo y me han hecho fija. Está muy cerca de casa, no tardo nada en coche y vuelvo a comer a casa

Con pasión, con mucha fe. Suplicando un trabajo. Volvía a rezar y a llorar...

El 22 de octubre entré en una empresa muy importante del IBEX 35 (el principal índice bursátil de referencia de la bolsa española), con un trabajo de mi categoría.

Después de un año y medio, me han subido el sueldo y me han hecho fija. Está muy cerca de casa, no tardo nada en coche y vuelvo a comer a casa. El ambiente es estupendo.

¡Esto sí que ha sido un milagro del beato Álvaro del Portillo! ¡¡Ahora estoy en fase de dar gracias, no dejo de darle las gracias!!

¿Quién sería aquella chica que me dio la estampa? No he vuelto a verla... Gracias, seas quien seas.

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