Dos historias con más de un punto en común

María es supernumeraria, está casada y tiene cinco hijos. Ana es numeraria auxiliar. Las dos están convencidas de que el trabajo en la casa es fundamental para la buena marcha de la sociedad y por eso defienden que tenga un reconocimiento social y económico: "el mundo seguiría adelante sin banqueros o futbolistas, pero no sin personas que cuiden a los demás".

María y Ana comparten su labor profesional, su vocación al Opus Dei… y alguna cosa más. María es supernumeraria, está casada y tiene 5 hijos. Compatibiliza su trabajo de enfermera –con jornada reducida– con el cuidado de su familia. Ana es numeraria auxiliar y trabaja en la atención doméstica de Los Rosales, una casa de retiros y convivencias por donde pasan cada año cientos de personas que quieren poner a punto su vida espiritual. Las numerarias auxiliares tienen un papel fundamental dentro del Opus Dei porque se dedican con profesionalidad al cuidado material de las casas y de las personas. Como todos sus miembros, pero de una manera especial, son las encargadas de que en el Opus Dei haya un ambiente de familia y de que la convivencia sea grata.

San Josemaría reconoció en muchas ocasiones el papel fundamental de las personas que trabajan en la Administración (nombre con el que se denomina el conjunto de tareas que requiere mantener y atender los centros del Opus Dei): "Sin la Administración no se podrían poner en marcha las demás labores apostólicas", afirmaba. De igual manera valoraba los trabajos que cualquier persona realiza para servir a la familia y a la sociedad y, en especial, el de las amas de casa: "La labor de la mujer en su casa, señalaba en una entrevista San Josemaría,no sólo es en sí misma una función social, sino que puede ser fácilmente la función social de mayor proyección. A través de esa profesión —porque lo es, verdadera y noble— influyen positivamente no sólo en la familia, sino en multitud de personas, cumpliendo una tarea mucho más extensa a veces que la de otros profesionales".

Ana es numeraria auxiliar y trabaja en la atención doméstica de Los Rosales, una casa de retiros y convivencias por donde pasan cada año cientos de personas que quieren poner a punto su vida espiritual.

María comparte este planteamiento "Me parece muy importante el trabajo dentro de casa. De hecho, por eso tengo la reducción de jornada. Es vital cuando llegan los niños escucharles, estar con ellos… cuando son pequeños porque son dependientes y cuando son mayores porque el hogar es el sitio donde nos quieren como somos, con nuestras virtudes y también con nuestros defectos y esto es clave para lograr la felicidad". Esta supernumeraria entiende que la vocación de una numeraria auxiliar es muy similar a la de una madre de familia: "es parecida, atienden a las personas del Opus Dei o a otras que acuden a los medios de formación con mucho cariño, teniendo detalles con ellas, igual que yo hago en mi familia".

María entiende que la vocación de una numeraria auxiliar es muy similar a la de una madre de familia: 'es parecida, atienden a las personas del Opus Dei o a otras que acuden a los medios de formación con mucho cariño, teniendo detalles con ellas, igual que yo hago en mi familia'.

Ana piensa que, en el trabajo del hogar, es importante la preparación y la profesionalidad. "Dedico tiempo a estudiar, a estar al día en temas como la alimentación, el cuidado de los textiles, etc y trato de trabajar con profesionalidad… entre otras cosas porque recibo un sueldo por el trabajo que hago". En este sentido, Ana es tajante al demandar un salario para las amas de casa "igual que yo recibo una retribución por mi trabajo pienso que los gobiernos deberían plantearse la necesidad de valorar económicamente el que muchas mujeres hacen en su casa". María, comparte la reivindicación "Pienso que muchas mujeres –yo misma– dejarían de trabajar o reducirían su jornada para dedicar más tiempo a sus hijos si el Estado nos ayudara económicamente". Mientras llega esta ayuda, María comparte la atención de la casa con su marido "Si soy capaz de llevar adelante un empleo, la casa y cinco niños es gracias a que soy una persona organizada y a que mi marido me ayuda mucho. Él renunció a subir en la empresa para poder dedicar más tiempo a la familia. Es cuestión de prioridades".