Diálogo intergeneracional para un mundo más rico y diverso

Cansada de tanta polarización en la opinión pública, Maite del Riego comenzó unas charlas para jóvenes y mayores sobre temas que actualidad en las que gente de distinto pensamiento y procedente de ambientes sociales diversos dialogan en positivo. Segunda entrega de la serie “Jubilados”.

Maite del Riego, impulsora del Gente con mensaje

2º Paso: descubrir ese “algo divino” oculto tras los detalles

¿Quién es Maite Del Riego?

Maite Del Riego Ganuza es donostiarra y se licenció en Filología Románica por la Universidad Complutense de Madrid. Profesionalmente se ha dedicado  a la lengua, la escritura y la comunicación. Ella misma reconoce que ahí está “mi parcela”. Es, entre otras cosas, autora del libro ‘Páginas de amistad’ sobre la figura, personalidad y legado de Encarnita Ortega.

Maite no habla de su edad, pero cuenta que lleva más de sesenta años como numeraria en el Opus Dei y casi cincuenta viviendo en Valladolid. Sin embargo, no se olvida de sus orígenes ni de su familia; los tiene presentes en dos blogs que mantiene vivos y actualizados: Memorias donostiarras, donde se comunica con su familia (tiene hasta dos sobrinos biznietos) y Sabrosa Sobremesa.

"Cuando uno se mete en el mundo de la comunicación, prende la inquietud y no se pasa, aunque te jubiles"

Dedicó parte de su vida profesional a la enseñanza en centros de formación profesional impartiendo materias de expresión oral y escrita. Trabajó en Andalucía y en Galicia, en el Centro de Estudios Superiores Aloya

Ya en Valladolid se dedicó al mundo de la comunicación y las relaciones públicas de distintas iniciativas impulsadas por el Opus Dei: “Cuando uno se mete en temas de periodismo y de opinión pública, prende la inquietud, eso no se quita. Aunque te jubiles, sigues en el mundo. Estoy en las redes sociales con blogs, Instagram y también Twitter”.

Movida por esta inquietud, ha impulsado diversas iniciativas. La última se llama ‘Gente con Mensaje’, donde quiere luchar con el ambiente de confrontación del que últimamente se impregna casi todo… Ella misma confiesa que “parece que estamos todos contra todos y yo, si me meto en ese mundillo, también…”. 

Con esta iniciativa busca “dar mensajes y argumentos positivos, que cuando uno llega a la familia y a los amigos tenga algo positivo y animante que contar”. Con estos coloquios busca temas de interés cultural o social que tengan “garra, para que nos saquen de lo negativo”.

Un espacio de escucha e intercambio generacional

Los perfiles y protagonistas que invita para estos encuentros son gente variada: “En un principio pensé en 'Mujeres con Mensaje', pero rápidamente me di cuenta de que no: también me interesa mucho lo que los hombres tienen que decir”.

Además, la novedad de estos encuentros radica en su carácter intergeneracional. “Especialmente me gusta la gente joven porque el público con el que yo me manejo es gente con unos años ya, y hace falta que esa gente más mayor escuche lo que las nuevas generaciones tienen que decir”. 

Propiciar un diálogo y abrir la mente

Desde expertos en cine, pasando por jóvenes atletas o profesionales del mundo de la moda, con estos encuentros en los que reúne en torno a treinta personas, “se crea un diálogo precioso entre gente diferente, con distintos estilos y modos de pensar y eso nos abre mucho la mente. Por eso es bueno”, afirma.

Lejos de sentirse jubilada, Maite asegura que “personalmente, puedo decir que esto es mi trabajo: me gusta trabajar en esto, elijo a la gente, hago la promoción, preparo todo antes con detalle, etc. No hay que improvisar, aunque a veces no queda más remedio. No es que sea mi único trabajo, pero es uno pequeño que me llena, me gusta y me ilusiona”.

Necesita que sus invitados den “un mensaje positivo, que nos dé oportunidad de pensar y de hablar y que nos haga tener un mundo interior más rico y más diverso”.

Pero la cosa no queda en el encuentro. Maite no descuida el impacto del después: “Es importante recoger lo que se ha dicho y lo que se ha compartido y ver cómo eso puede tener eco en las redes, por ejemplo. Que las personas que han acudido reciban también un pequeño resumen, porque si no, se nos olvida”.

Maite no para, ya está pensando en la actividad que lanzará el próximo año, y aunque tiene ideas en mente, de momento no quiere desvelarlas: “Tengo que ver qué me dice la cabeza y también ver qué me inspira el Espíritu Santo, porque acudo mucho a Él”.

La finalidad de su iniciativa la tiene muy clara, necesita que sus invitados den “un mensaje positivo, que nos dé oportunidad de pensar y de hablar y que nos haga tener un mundo interior más rico y más diverso”.

Dar un sentido de trascendencia en lo humano y en lo divino

El origen y el empuje de esta actividad, en una persona que hace ya mucho que superó la edad de la jubilación, es interior y casi innato. Para Maite, el motor que le hace seguir impulsando distintas acciones que ayuden a sus amigas es “que siempre piensas que tu vida no es individual, tienes que trascender. En primer lugar, para arriba; por amor de Dios. Luego Él te hace ver. El bien es difusivo, hay que difundirlo, hay que darlo a los demás, yo no me puedo quedar en mi casa. Ahora tengo menos movilidad, y por eso también traigo a la gente a mi casa: porque yo necesito estar con ella. Como en mi casa está la Eucaristía en el oratorio, pueden ver esa trascendencia. Por último, con lo que escuchan, vuelven a su casa y seguramente tengan sus propias conversaciones sobre lo que han escuchado. Con eso, les hemos dado un punto de partida para que transmitan algo interesante, en lo humano y en lo divino, en todo hace falta”.