Belén, lugar de encuentro

Estudiantes británicas e irlandesas realizan desde 1997 en coordinación con el Birantá Study Center de Jerusalén un proyecto de diálogo intercultural para facilitar el entendimiento en la región.

Belén, lugar de encuentro. Allí se reunieron el pasado verano un grupo de universitarias británicas, irlandesas y árabes para llevar a cabo un proyecto social y cultural, donde todas salieron ganando. La finalidad de esta iniciativa, que se viene celebrando desde hace tres años, es incrementar el diálogo intercultural y facilitar el entendimiento en esta zona del mundo a través de actividades culturales y sociales que reúnen a miembros de las distintas comunidades.

El proyecto lo organizan conjuntamente el Birantá Study Center en Jerusalén, Glenalvon Cultural Centre (Glasgow, Escocia) y Glenard University Residence (Dublín, Irlanda). Este año la actividad consistió en un curso intensivo de inglés y hebreo para chicas palestinas de Belén, con el fin de facilitar la comunicación. Las voluntarias que viajaron desde Escocia e Irlanda dieron las clases de inglés, mientras que profesoras árabes se ocuparon de las clases de hebreo.

La actividad también incluyó seminarios de filosofía para las estudiantes británicas e irlandesas, organizados en Jerusalén por el Birantá Study Center. Se hicieron visitas a la mayoría de los Santos Lugares en Galilea y Jerusalén, y otros emplazamientos de interés histórico y cultural como el Museo Yad Vashem del Holocausto, en Jerusalén. Las voluntarias europeas compartieron el alojamiento con las profesoras árabes de hebreo y tuvieron encuentros con estudiantes judías que habían desarrollado una labor semejante en años anteriores. La estancia en Belén ayudó a las voluntarias europeas a descubrir las grandes posibilidades de entendimiento entre esos pueblos.

La presidenta del "Arab Women's Union" de Belén facilitó la sede donde se desarrollaron las actividades, a las que asistieron 43 personas. El curso incluyó gramática, conversación y algunos seminarios sobre la necesidad de diálogo y de la comprensión para construir un futuro en común. Se organizaron excursiones a zonas no siempre accesibles para ellas, como las fértiles colinas de Ain Karim, y también se organizó un festival para sus familias.

A su vez, las familias árabes ofrecieron a las voluntarias una amable hospitalidad, invitándoles a comer, al mismo tiempo que les hacían descubrir sus ricas tradiciones y su naturaleza cariñosa y espléndida.