“Procura atenerte a un plan de vida”
Eso de sujetarse a un plan de vida, a un horario –me dijiste–, ¡es tan monótono! Y te contesté: hay monotonía porque falta Amor. (Camino, 77)
“No te olvides de la higuera maldecida”
Aprovéchame el tiempo. -No te olvides de la higuera maldecida. Ya hacía algo: echar hojas. Como tú... -No me digas que tienes excusas. -No le valió a la higuera -narra el Evangelista- no ser tiempo de higos, cuando el Señor los fue a buscar en ella. -Y estéril quedó para siempre. (Camino, 354)
“¡Abrid el alma! Yo os aseguro la felicidad”
Quien oculta a su Director una tentación, tiene un secreto a medias con el demonio. -Se ha hecho amigo del enemigo. (Surco, 323)
“Haz todo lo que puedas por conocer a Dios”
En cada jornada, haz todo lo que puedas por conocer a Dios, por "tratarle", para enamorarte más cada instante, y no pensar más que en su Amor y en su gloria. Cumplirás este plan, hijo, si no dejas ¡por nada! tus tiempos de oración, tu presencia de Dios (con jaculatorias y comuniones espirituales, para encenderte), tu Santa Misa pausada, tu trabajo bien acabado por El. (Forja, 737)
“Agranda tu corazón”
No tengas espíritu pueblerino. Agranda tu corazón, hasta que sea universal, “católico”. No vueles como un ave de corral, cuando puedes subir como las águilas. (Camino, 7)
“Has de ir al paso de Dios; no al tuyo”
Me dices que sí, que estás firmemente decidido a seguir a Cristo. –¡Pues has de ir al paso de Dios; no al tuyo! (Forja, 531)
“Del cristiano se espera heroísmo”
¡Cuántos que se dejarían enclavar en una cruz, ante la mirada atónita de millares de espectadores, no saben sufrir cristianamente los alfilerazos de cada día! –Piensa, entonces, qué es lo más heroico (Camino, 204).
“El fuerte sufre, pero resiste”
La fachada es de energía y reciedumbre. –Pero ¡cuánta flojera y falta de voluntad por dentro! –Fomenta la decisión de que tus virtudes no se transformen en disfraz, sino en hábitos que definan tu carácter. (Surco, 777)
“Saberse nada delante de Dios”
Es muy grande cosa saberse nada delante de Dios, porque así es. (Surco, 260)
"No te duela que vean tus faltas"
Cuanto más me exalten, Jesús mío, humíllame más en mi corazón, haciéndome saber lo que he sido y lo que seré, si tú me dejas. (Camino, 591)