Cincuenta años del Opus Dei en el Perú

El Padre Vicente Pazos, Vicario Regional del Opus Dei en el Perú durante el tiempo que estuvo San Josemaría en nuestro país, reflexiona a propósito de los 50 años de labor apostólica del Opus Dei en el Perú.

En 1967 respondía San Josemaría a Peter Forbath, corresponsal del Time (New York), en una entrevista afirmando que el Opus Dei desde el primer momento era universal, católico. Que no nacía para dar solución a los problemas concretos de la Europa de los años veinte, sino para decir a los hombres y mujeres de todos los países, de cualquier condición, raza, lengua o ambiente –y de cualquier estado: solteros, casados, viudos, sacerdotes–, que podían amar y servir a Dios, sin dejar de vivir en su trabajo ordinario, con su familia, en sus variadas y normales relaciones sociales.

San Josemaría fue elegido por el Señor –proclamó Juan Pablo II con ocasión de su canonización– para anunciar la llamada universal a la santidad y para indicar que la vida de todos los días, las actividades comunes, son camino de santificación. Se podría decir que fue el santo de lo ordinario.

Instituto Rural Valle Grande

Hoy se cumple medio siglo de trabajo del Opus Dei en el Perú. ¿Qué ha promovido en estos años? El servicio a Dios y a los hombres en todos los ambientes, en las circunstancias ordinarias que nos trae la vida cada día. Un servicio marcado por un claro alcance social presente en todos los ambientes: campesino, intelectual, servicio público, del hogar… También en el mercado de Piura alguien del Opus Dei vende verduras…

En ocasiones, y en la clave de un trabajo profesional bien llevado, se ha dado vida a labores corporativas, que siempre buscan ayudar a resolver necesidades sociales.

El Instituto Rural Valle grande realiza actividades de investigación y transferencia de tecnología productivas, favoreciendo la organización solidaria de los campesinos logrando que obtengan ventajas competitivas en una economía de libre mercado.

Actividad social promovida por Condoray

Condoray, centro de capacitación profesional para la mujer campesina, realiza trabajos de alfabetización integral, capacitación laboral básica, educación familiar, nutrición, higiene y saneamiento, educación para la salud, el programa “Niño a Niño”, en 18 comunidades de los alrededores de San Vicente de Cañete que benefician a miles de mujeres. Las Promotoras Rurales son líderes formadas en Condoray que impulsan a otras mujeres de su comunidad a conseguir mejoras educativas, familiares y sociales. Son agentes multiplicadores de la formación que reciben. Hacen posible la realización de programas estables de desarrollo de acuerdo a las necesidades de cada lugar.

Para el Opus Dei en el Perú, sin duda, lo mejor de los 50 años transcurridos ha sido la presencia de su fundador, San Josemaría, durante 24 días en 1974. Nos mostró su alegría al ver que tratábamos bien al Señor en la Eucaristía, al ver –como dijo– tantas cosas buenas como están apareciendo en este Perú bendito. Nos insistió repetidas veces en que debíamos trabajar en el Perú y desde el Perú. Desde el Perú han salido miembros del Opus Dei, peruanos a países de América, Asia, Oceanía, África y Europa, llevando la simiente del Opus Dei. En estos días, concretamente, para comenzar la labor en Croacia.

San Josemaría en Lima

Promovió intensamente las vocaciones sacerdotales. Y precisaba: “Diréis: Padre, ¿y usted, para el Opus Dei? El Opus Dei ya saldrá. También nos vendrán vocaciones para el Opus Dei, a montones; pero no se trata ahora de eso. Se trata de promover vocaciones al sacerdocio, para las diócesis”. Por sus oraciones y la fidelidad de los que le escucharon son muchas las vocaciones que se han producido.

Así se expresaba en el diario El Comercio, el 26 de junio de 1985, Mons. Mendoza, arzobispo del Cuzco: “Puedo asegurar que el florecimiento de vocaciones sacerdotales en el Perú va de la mano de sacerdotes, metidos en las alturas de nuestros Andes, cobijados en las frías punas o asentados en muchos pueblos de nuestra Costa y Sierra, que animados por el espíritu de Monseñor Escrivá trabajan promoviendo el bienestar social y humano y descubriendo vocaciones sacerdotales, generosamente. Este trabajo sí que es una clara opción, ni exclusiva ni excluyente, por los más pobres. El silencio y el trabajo discreto es lejano y por eso no se conoce suficientemente. Yo sí lo conozco, lo veo y admiro y lo proclamo en honor de su Fundador. Son hijos fieles de un gran Padre”.

Y un deseo que nos mostró cuando alguien le preguntó: Cuando usted se vaya, Padre, ¿qué quiere dejarnos en el corazón a todos sus hijos sudamericanos? Que sembréis la paz y la alegría por todos lados; que no digáis ninguna palabra molesta para nadie; que sepáis ir del brazo de los que no piensan como vosotros. Que no os maltratéis jamás; que seáis hermanos de todas las criaturas, sembradores de paz y alegría.

La Virgen de la Merced que preparó el camino, lo conservará seguro.

El Tiempo, Piura