Ornamentos en Chile para el Papa Francisco y 178 obispos

Un grupo de voluntarias del Taller Costanera han empuñado agujas e hilos para elaborar los ornamentos de las tres misas que celebrará el Papa Francisco en Chile.

Detalle del taller Costanera, que recibió el encargo de realizar las casullas para el Papa Francisco.

A siete días de la llegada de Papa Francisco a Chile, mostramos la historia detrás de los manteles para altares y ornamentos que vestirán los obispos que acompañaran al Santo Padre en la celebración de las tres ceremonias religiosas masivas que tendrán lugar en las ciudades de Iquique, Temuco y Santiago.

El Taller Costanera comenzó su actividad hace 50 años en Chile. Inspirado en las enseñanzas de san Josemaría sigue la antigua tradición de resaltar la belleza de los elementos que se utilizan en la liturgia, para dar a Dios mayor gloria.

Además de realizar los ornamentos necesarios para las necesidades de la prelatura del Opus Dei en Chile, recibe encargos de otras realidades de la Iglesia chilena y de diferentes partes del mundo. Actualmente se encuentran trabajando en pedidos de Paraguay, Congo, España, Francia y Japón.

Además de realizar los ornamentos para el Opus Dei, recibe encargos de otras realidades de la Iglesia chilena

Margó Ojeda, la directora del proyecto, cuenta que tras ofrecerse a la Comisión de Liturgia de la Visita Papal, presidida por el Padre Héctor Gallardo, recibieron el encargo de realizar 178 casullas y estolas para los obispos, y también los lienzos, es decir, el material textil que viste el altar para una Eucaristía: manteles, purificadores, corporales, palias y toallas; un encargo privilegiado, pero que no se podía abordar sin manos generosas de por medio.

“Para un taller pequeño como el nuestro, realizar este encargo era imposible sin ayuda de otras personas. Gracias a su generosidad y a su cariño por el Santo Padre, cincuenta voluntarias dedicaron algunas horas a la semana, durante varios meses, para sacar adelante estas tareas".

Por ejemplo, Isabel Vial dispuso su casa para que se cortaran, pusieran forros y cosieran las estolas. El trabajo de deshilado, corte y costura de lienzos se realizó en la casa de Gabriela Mönckeberg y en el Centro Cultural Alsacia; y las cruces de las casullas para el Papa fueron bordadas en el taller de don Pedro.

Sorpresa, cariño y conocer más a Francisco

Carmen Reyes lleva cinco años trabajando en el taller: “La costura es lo que más me gusta; aprendí a coser con mi mamá a los doce años y aunque estudié técnico paramédico, descubrí que esta es mi verdadera vocación profesional”.

Susana Miranda lleva en el taller desde sus comienzos. Por sus manos pasaron la casulla, alba, cíngulo, amito y estola que utilizó san Juan Pablo II en la misa que celebró en Valparaíso el 2 de abril de 1987.

En total, once mujeres llevan seis meses reuniéndose tres veces por semana para cortar, hilvanar, coser y deshilar ornamentos

Por su parte, María Eugenia Muñoz lleva 19 años en el taller y cuenta que aprendió el oficio de manera autodidacta: “Fue una sorpresa que nos tocara colaborar con un grano de arena. Uno se interesa por saber más del Papa. Mi marido me pregunta asombrado cómo voy con los avances”, resume.

Trabajo invisible para algo muy grande

En total, once mujeres llevan seis meses reuniéndose tres veces por semana para cortar, hilvanar, coser y deshilar ornamentos. “No es monótono -dice Alejandra Palma- por la importancia que tiene. El trabajo más aburrido y más difícil era el deshilado, pero hacerlo con el sentido en que lo estábamos haciendo, para la venida del Papa, lo transformaba en algo totalmente alegre y novedoso. Había además un ambiente maravilloso de trabajo y amistad”, recalca.

Cada zona del país tendrá una simbología propia en las vestiduras y ornamentos

Josefina Cruz y Angélica Toledo coinciden en que estas labores han sido una gran oportunidad para colaborar de un modo concreto para esta visita: “Soy mayor, por lo que tenía que ubicarme en qué podía apoyar: hay gente que aporta dinero, otros trabajan en seguridad, otros cantando, en fin… Esta es nuestra donación y este trabajo nos ha ayudado a crecer mucho en paciencia con los detalles pequeños: de volver a hacer, de volver a desarmar…”.

Patricia Villagra se emociona al relatar cómo llegó a ser voluntaria: “Mi nuera me preguntó si estaría dispuesta a ayudar para los ornamentos del Santo Padre. Me sentí tremendamente honrada, ha sido como un premio colaborar con esta visita que es de una importancia enorme".

"Llegué aquí -continúa- y no conocía a nadie. Tras estos meses he hecho unas amistades maravillosas; nuevas amigas y entregar mi trabajo personal ha sido algo inesperado. Estoy dichosa de haber puesto todo mi amor para una causa como ésta”.

Cada zona del país tendrá una simbología propia en las vestiduras y ornamentos: la guarda central de la casulla que el Papa utilizará en Iquique será de color arena y su simbología tendrá los petroglifos del desierto de Atacama; en Santiago es verde y tendrá un racimo de uvas entre sus adornos; la de Temuco es roja, para simbolizar la sangre derramada por el pueblo mapuche y entre sus símbolos se encuentra la característica cruz mapuche.