Un centenar de personas asistieron a la presentación del libro, en el que participaron la escritora uruguaya Sylvia Puentes de Oyenard y el profesor Alberto Methol Ferré, Ordinario de Historia Contemporánea en la Universidad de Montevideo. Junto con el autor y los conferenciantes, estuvo presente Martín Aguirre, director de Ediciones de la Plaza, editorial que asumió la publicación del libro.

“Los santos pertenecen a toda la Iglesia, y si he tenido la inmensa suerte de conocer al beato Josemaría, sentía la obligación de ofrecer mi testimonio”, dijo Jaime Fuentes en un momento de su intervención. En el libro el autor narra un periodo de tiempo de diez años, que va desde el día que conoció al beato Josemaría, en 1964, hasta la última vez que le vió, en 1974, un año antes de su marcha al cielo. “He intentado que los hechos hablen por sí mismos, escribe el autor en la Introducción. Pienso que sigue siendo válida la fórmula periodística, acuñada en 1921 por el británico C.P. Scott: «Los hechos son sagrados; las opiniones, libres». En todo caso, espero que se vea, siguiendo las huellas del beato Josemaría, que hasta el hecho más pequeño de la vida ordinaria puede ser sagrado”.

Para la doctora Sylvia Puentes, “el pretexto del libro es rescatar recuerdos que son memoria viva, pero en realidad con él nos enseña el beato Josemaría a deletrear la santidad”. La escritora uruguaya se refirió al lenguaje firme, sencillo y ameno del libro: “Transita la difícil facilidad en la que el lenguaje navega con firmeza y sencillez, y por esto puede llegar a todos y a cada uno de nosotros”.

A continuación intervino el profesor Methol Ferré, que durante veinte años fue asesor y secretario del Departamento de Laicos del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM). Con ocasión del nuevo libro, explicó que su primer encuentro con el beato Josemaría fue a través de la lectura de “Camino”. “Lo leí con atención y saqué esta conclusión que recuerdo muy bien: este es un libro que forma hombres y personas”.

Jaime Fuentes, sacerdote y periodista, dijo que para él “Luchar por amor” era “un deber de estricta justicia: los santos pertenecen a toda la Iglesia, y si he tenido la inmensa suerte de conocer al beato Josemaría, sentía la obligación de ofrecer mi testimonio. Estamos en tiempo de luchas tremendas –añadió el autor en su intervención- y parecería que hay muy poco amor entre los hombres. Desearía que la lectura de “Luchar por amor” ayudara a conocer mejor las obras del beato Josemaría y que en ellas aprendamos a luchar como deben hacerlo los hijos de Dios”.

El acto de presentación terminó con la proyección del video “La huella de un santo”, que recoge la catequesis del fundador del Opus Dei en Argentina en 1974, precisamente fue entonces, en Buenos Aires, cuando el autor vió por última vez al beato Josemaría.