De vuelta a Roma, con la cabeza y el corazón en Colombia

En los meses de julio y agosto, Mons. Fernando Ocáriz visitó diversos países de Europa para estar con fieles y amigos de la prelatura. Regresó a Roma el pasado 5 de septiembre.

A su regreso, Mons. Ocáriz celebró la Santa Misa en la iglesia prelaticia de Santa María de la Paz, donde descansan los restos mortales de san Josemaría.

En un encuentro que ha mantenido con personas de distintos países, que estos días se encuentran en la Ciudad Eterna, hizo referencia al viaje del Papa a Colombia y animó a acompañarle con la oración: «Podéis imaginar el peso que tiene encima y siempre pide oraciones, porque siente la necesidad de la oración. Tenemos la obligación gustosa de apoyarle».

Ante una pregunta sobre cómo ser capaces de querer con todo el corazón a los demás respondió: «Hay que ver al Señor en las personas y tener siempre en la mente lo que el mismo Jesús nos ha dicho: "Lo que hacéis por uno de estos, lo hacéis por mí"». A veces, continuaba Mons. Ocáriz, «nos puede pasar que sintamos que nos falta capacidad para querer de verdad a todo el mundo. En esos momentos, pidamos al Señor que nos ensanche el corazón: saber interesarnos por los demás, querer el bien de los demás, desvivirnos por los demás. Es algo sabido, pero las cosas que ya sabemos y que son espiritualmente obvias es bueno recordarlas con frecuencia. Como decía un filósofo, "con frecuencia nos olvidamos de lo obvio, y así nos va". Y lo más obvio sobrenaturalmente debe ser —por la fe— el amor que Dios tiene por nosotros, y a veces nos olvidamos».

Anteriormente, comentando el Evangelio del día, el prelado había sugerido pedir «al Señor que nos fortalezca la fe, la fe en el amor suyo por nosotros, la fe en que él está en medio en nuestra vida, que él guía nuestra vida, que nos ha dado la luz que da sentido a todo lo que hacemos, que nos guía en el camino por difíciles que en ocasiones nos puedan parecer las circunstancias o los trabajos».