“La alegría nos hace fuertes”

Visita de don Fernando Ocariz, Prelado del Opus Dei, a Nicaragua, donde inició la labor apostólica hace 25 años. Tertulia en La Rivera (30 de enero de 2019)

El Prelado del Opus Dei, Fernando Ocariz, se reunió con fieles de la prelatura y amigas en Nicaragua. Un corto viaje al país centroamericano que fue de gran provecho para las asistentes, quienes lo recibieron en el centro de mujeres La Rivera, donde se respiraba un ambiente muy familiar y de gran entusiasmo por recibir al Padre, como se le llama cariñosamente en el Opus Dei. Las asistentes también aprovecharon para cantarle al Prelado.

El Prelado inició recordando que la fe y el amor de Dios nos deben llenar de seguridad, de esperanza, de alegría y cuando viene el sufrimiento, la contrariedad pequeña o grande, pensar que es una ocasión de unirlo a la Cruz del Señor; por lo tanto, esa situación, puede parecer que no sirve para nada, es más, que es solo algo negativo; ofrecido al Señor, Jesús lo toma como suyo y le da un valor inmenso si lo ofrecemos por la Iglesia, por el Papa, por la Obra, por el país, por la familia, por lo que queramos, y eso tiene un gran valor.

Yelba, le contó al Padre que hace 19 años empezó junto con Norita, Hilda y amigas la labor formativa en Diriamba en un centro educativo que se llama Vega Baja, y que a veces quisiera ver más frutos, el Prelado le dijo que notemos o no los frutos, debemos trabajar con esperanza y alegría y por supuesto rezar por la labor. Además, agregó que todo lo que se hace por Dios es eficaz, Él ya cuenta con nuestras dificultades y los frutos surgen muchas veces sin que lo notemos.

Por su parte Jenny, quien fue estudiante en la Vega Baja, le cuenta al Padre que el esfuerzo que hacen todas las personas que ayudan en ese centro sí vale la pena, ya que a ella le ayudó a descubrir a Dios porque no practicaba ninguna religión. Jenny se bautizó, hizo la primera comunión y confirmación el 26 de mayo del 2018, cuando Nicaragua estaba en medio de la crisis; con gran entusiasmo le dijo al Prelado y a las asistentes “Les digo que vale la pena y que mucha gente nos espera”. El Padre recordó que lo importante es querer a todos como Dios nos quiere.

Marcela, quien es casada y con dos hijos, preguntó, si una madre de familia entre sus quehaceres en la casa, en el trabajo y con los hijos, puede descubrir su vocación como Supernumeraria. El Prelado dijo que sí es posible, ya que la vocación la da Dios y para Él no hay imposibles, como decía San Josemaría “nos interesan las personas que tienen mucho que hacer y no tienen tiempo” ya que son personas entregadas y que se dan a los demás.

Además, Sandra le pidió que rece por la unidad y paz en Nicaragua. El Prelado comentó que él siempre encomienda a Dios al país, y reza para que la labor crezca; de esta manera se puede ayudar a más personas, y agregó que para ser más hay que luchar por ser mejores.

Cindy, quien es Ingeniera Industrial le contó al Padre, que cuando conoció la Obra pensó que no era para ella, pero luego se despertó la inquietud de la vocación y pensó que sus papás no lo entenderían por no ser católicos, pero también pensó que, si Dios se lo pedía, la ayudaría. A los seis meses pidió la admisión como Numeraria. Cindy preguntó, cómo explicar que no hay que esperar las mejores circunstancias de la vida para decir que sí. El Prelado dijo que el Señor tiene una vocación para todos, y todos estamos llamados a la santidad, hasta los que no son cristianos. El Señor cuenta con nuestra libertad en la misma llamada, pero también con la gracia de Él; a veces nos hace falta confianza en Dios, pero nosotros debemos poner de nuestra parte.

El Prelado finalizó pidiendo que recemos por el Papa, quien cuenta con nuestras oraciones.