Entre otras cosas soy blogger y para mí la tablet es una herramienta imprescindible de trabajo. Un día apareció un mensaje que me decía que había que actualizarlo pero que el sistema no lo lograba y no me daba más recomendaciones. Después de llevarlo a un establecimiento especializado tras hacer varios intentos me recomendaron comprarme otro porque no había nada que hacer.
Por mi parte, con la ayuda de un buscador, dediqué horas a ver cómo podía solucionarlo por diversas rutas. Mientras tanto, dije a Dora: "A ti no te hace falta ser ingeniera informática para arreglarme la tablet. Sé que lo vas a conseguir. No me puedo comprar otro...” Aún pasaron varios días en los que seguí así: a ratos en el buscador intentándolo, y rezando. La gente a mi alrededor lo sabía y me animaban pero aquello no funcionaba. Ya desesperada, metí la estampa en la tablet. Al cabo de un par de días, ya muy saturada, me conecté a otro ordenador y sin hacer nada diferente a lo hecho hasta entonces, la tablet se encendió. Y lo mejor es que él solo comenzó a darme las instrucciones de cómo ir avanzando hasta conseguir recuperarlo. Se me aceleró el corazón y convoqué a mi familia para que fuera testigo del favor online de Dora. Desde ese día -ha pasado un mes- la tablet funciona aún mejor que antes.
P. N.