Aquel momento en la vida del padre Alberto Casals

Fraternidad sacerdotal: Reproducimos un artículo que recoge un momento en la vida del Pbro. Alberto Casals, sacerdote del clero de la Prelatura del Opus Dei, recién fallecido en San José, Costa Rica. Fue publicado en marzo (2018) en el Semanario “Eco Católico”.

Tomé esta foto el año pasado en el entierro del padre Eduardo Aguirre. Todo había terminado y al volver a ver, un frío me entró en el cuerpo cuando vi a aquel sacerdote en sotana, sentado en una banca del cementerio, solo y con la cabeza baja. Incapaz de importunarlo, lo único que hice fue tomar la foto para eternizar aquel momento.

Yo no conocí al padre Alberto Casals, de hecho ese fue el único día que lo vi, pero solo he escuchado cosas buenas y sobre todo de su interés por sus hermanos sacerdotes, su fraternidad con todos ellos.

Para contextualizar el tema de la fotografía, debo comentar que el Padre Eduardo Aguirre se encontraba en el hogar de ancianos Carlos María Ulloa y era un adulto mayor sereno que esperaba la muerte en paz y gracia de Dios como él mismo decía. Cuando enfermó en su etapa final pidió que fuera su amigo de años, el padre Casals quien le efectuara el funeral. Luego me comentaron que él también le confesaba.

De las cosas tristes que recuerdo en mi vida es la muerte del padre Aguirre. El saltó feliz a la Gloria de Dios pero yo que estuve en su vela y funeral, fue muy doloroso ver que estábamos tal vez 10 personas. El dolor de cerrar la capilla de velación del Carlos María Ulloa a las 10 pm y que su cuerpo quedara solo...indecible, pero una luz linda que vi al día siguiente fue la presencia de su amigo el padre Casals, celebrando el funeral tal cual se lo había pedido.

Al cementerio fuimos menos personas, entre ellos tres o cuatro sacerdotes. Ahí estaba el padre Casals, quien hizo la oración antes de bajar el cuerpo a la fosa número 7. Esa presencia del amigo fiel me dio mucho consuelo al corazón. Por eso cuando lo vi luego sentado sólo en aquella banca pensé tantas cosas…pensé que el padre quizás traía a su memoria los recuerdos de una vida, o que tal vez pensaba también en la cercanía de la eternidad, en la soledad del padre Aguirre, en la preocupación por el clero, por su fraternidad y su vida…en fin… quizás oraba, lloraba, no se… fue un momento íntimo suyo con Dios.

Quise compartirlo porque hoy que el padre Alberto Casals también ha partido; me parece que él y el padre Aguirre recorren las praderas del cielo con rostro radiante y junto a otros sacerdotes santos que se han ido, seguirán ayudando a sus hermanos sacerdotes que aun peregrinan en este mundo.

Sin conocer al padre Alberto Casals me deja un mensaje fuerte: Fraternidad Sacerdotal. El orden sacerdotal los vuelve hermanos que viven y luchan por lo mismo y no hay nada más hermoso que los sacerdotes se ayuden entre sí, que se tiendan la mano cuando alguno necesita. Es puro Evangelio hecho vida. La ayuda que podemos brindar los laicos es valiosa pero no es lo mismo porque no vivimos sus mismas batallas.

El paso a la vida eterna del padre Casals me recuerda la importancia de orar por la fraternidad sacerdotal, porque juntos se defienden mejor que solos ante las tentaciones y los ataques del mal. También me hace meditar lo bello que debe ser entregar a Dios un alma sacerdotal encendida de amor, gastada en el servicio al prójimo y santa.

Lis Chaves

Ordo Consecrationis Virginum, Diócesis de Cartago