Hace seis años aquí, en las estepas de Etiopía, comencé mis labores de promoción y desarrollo. En la clínica tratamos cada día muchos pacientes ambulantes, cosemos heridas, asistimos a las madres en los partos frecuentemente difíciles, etc.
Toni Zweifel nos ha ayudado varias veces de un modo milagroso. Un chico joven sufría una herida grande y abierta en el abdomen. Una operación en un hospital no tuvo éxito. El muchacho, retrasado mental, vino a nuestra clínica. La herida tenía 8 cm de anchura y 10 cm de longitud. (...) Con toda espontaneidad acudí al socorro de Toni Zweifel. Pensé: “sólo tu puedes prestar aquí ayuda” y me llené de una confianza total. Y de hecho esa herida maligna se curó, contra todo lo esperado, sin medicamentos ni trasplantes de piel y en un plazo desacostumbradamente rápido.
A. Th., Maganasse (Etiopía)