Hablar de fe cansados y sin tiempo

Ya nadie tiene tiempo ni energía para hablar de Dios. ¿Cómo recuperar la atención de las personas a las que queremos invitar a reanimar su fe? El padre Sergio Tapia nos lo explica en un curso impartido en la UP sede Santa Fe.

La Universidad Panamericana sede Santa Fe recibió el pasado 2 de agosto al padre Sergio Tapia-Velasco, quien impartió a lo largo de un día una serie de cursos bajo el nombre: “Evangelizar en un mundo cansado. Fe y persuasión: ¿una relación posible?” en los que el padre compartió su amplia experiencia en el ámbito de la comunicación institucional, dándole una perspectiva actual y cristiana.

La conferencia tocó temas de comunicación institucional, pero también se dirigió a cada uno de los asistentes como individuos en una invitación a “no dormirse en la evangelización”. Aún en un mundo acelerado en el que no parece haber tiempo, podemos hacer uso de una serie de consejos que nos da el padre Sergio para hablar de fe cuando el tiempo escasea.

Muchas veces basta con pedirle más tiempo a la persona; invitar un café muestra interés en la conversación. Pero no nos adelantemos, el primer paso siempre es escuchar. A menudo las personas que están pasando por problemas de fe necesitan expresarse antes que recibir una cátedra. Es importante estar dispuestos a escuchar las razones del otro, y con base en eso seleccionar lo que nosotros queremos trasmitirle de nuestra fe.

En segundo lugar, está eso: transmitir nuestra fe. “No puedes dar lo que no tienes” es una frase que si bien trillada, no por eso menos verdadera. Si hablamos de fe en términos abstractos no lograremos más que aburrir a la persona, en cambio, lo mejor que podemos hacer es hablar de nuestra relación con Dios. La única forma de transmitir lo que es vivir la fe, es genuinamente cuidando nuestra propia vida espiritual.

Hay que interesarnos realmente por la persona y ser prudentes.

El apostolado es amistad, por eso no solo basta una tarde en un café para cultivarla, sino que se hace todos los días. Nuestra labor debe ser de mensajeros, buscamos plantar una semilla en la conciencia de la persona, que, con la gracia divina y nuestras oraciones, permitirá que germine la fe. Para sembrar esa semilla, dice el padre Sergio, es mejor ‘dejar un recuerdo y dejar libres’. No se trata de atosigar a la persona ni de hablar por horas de temas de fe, sino de mencionar puntos importantes para motivar la meditación y permitir que la otra persona tome sus propias decisiones.

Aún en un mundo acelerado en el que no parece haber tiempo, podemos hacer uso de una serie de consejos que nos da el padre Sergio para hablar de fe cuando el tiempo escasea.

Finalmente, pero no por eso menos importante, hay algunas virtudes que tenemos que tener en cuenta si pretendemos hablar de fe con alguien. Fundamentalmente, hay que interesarnos realmente por la persona y ser prudentes. De ahí se desprende la ‘capacidad de perder el tiempo’, esto refiere a que probablemente no veamos resultados inmediatos, sino que es un proceso largo. Por esta misma razón otra virtud es la fortaleza, el mundo necesita cristianos que perseveren en la evangelización.

El seminario finalizó recordando la importancia de ser voceros del mensaje de Cristo. Cualquier comunicación, tanto institucional como personal, debe estar permeada de nuestra propia experiencia para transmitir cercanía en este mundo cansado, puesto que “la mejor historia es la que se vive”.

El padre Sergio nació en la Ciudad de México y 30 años más tarde, fue ordenado sacerdote. Se tituló como abogado en la Universidad Panamericana. Es licenciado y doctor en Filosofía por la Pontificia Università della Santa Croce en Roma. Tiene amplia experiencia trabajando con medios como CNN Internacional, RAI Internacional, EWTN o Antena 3.