Trabajando en equipo

Vivía en un piso muy húmedo, frío y pequeño, y pedí a Dora que me ayudara a encontrar un hogar mejor.

Fue difícil, porque los apartamentos buenos eran demasiado caros para mí. Además estaba un poco enferma. Desde hacía tres años buscaba cambiar de casa, pero no era posible.

Un sacerdote me aconsejó que rezara a las benditas almas del Purgatorio para que me ayudaran en mi búsqueda de apartamento. Lo hice, pero también me dirigí a Dora, pensando que, por ser sierva de Dios, podría ayudarme más. Dora me es muy cercana porque también mi querida abuela paterna se dedicaba profesionalmente a las tareas del hogar.

Poco después de rezar a Dora, encontré un apartamento en un edificio muy bien construido, donde incluso hay lugar para mis gatos. La administración del edificio ha sido muy amable y me ha facilitado los trámites. Estoy muy contenta, también porque hay una iglesia cerca, que siempre está abierta, y porque el apartamento tiene buena ubicación.

En este tiempo, además, me he puesto en contacto con una organización que ayuda a personas con discapacidad, que, a través de una trabajadora social, me han proporcionado consejos y un apoyo económico importante.

Por otra parte, antes de la mudanza, he podido ir dos semanas a casa de mis padres a descansar. Otra grata coincidencia es que la fachada de la iglesia vecina a mi nueva casa fue pintada gracias a una generosa colaboración de mis abuelos. ¡Me parece que en el Cielo han hecho un gran trabajo en equipo para ayudarme!

B. M.