El Papa recuerda los niños víctimas del hambre y la guerra

Tras asegurar una vez más que rezaba por las víctimas del maremoto en Asia, Juan Pablo II señaló que en el día de la Epifanía no podía olvidar a los niños que en la actualidad sufren todo tipo de males.

En el día de la solemnidad de la Epifanía del Señor, el Papa se asomó a la ventana de su estudio para rezar el Angelus con miles de personas que llenaban la Plaza de San Pedro.

Juan Pablo II recordó que las palabras del Evangelio de hoy, "Hemos venido a adorarle", pronunciadas por los Reyes Magos, "son el tema de la próxima Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará en agosto en Colonia (Alemania). Invito a los jóvenes de Alemania y a sus coetáneos de todo el mundo a ponerse espiritualmente en camino hacia esta cita importante para volver a descubrir en Cristo, como los Magos, el rostro de Dios".

"La Epifanía -continuó- también es la Jornada de los Niños Misioneros. Los niños son el presente y el futuro de la Iglesia. Tienen un papel activo en la evangelización del mundo, y con sus oraciones contribuyen a salvarlo y a mejorarlo".

Tras asegurar una vez más que rezaba por las "pequeñas víctimas del maremoto en Asia", el Santo Padre señaló que no podía olvidar "a los niños víctimas del hambre y de las enfermedades, de la guerra y del terrorismo, así como a los niños secuestrados, desaparecidos, o que son explotados en tráficos viles".

El Papa elogió a quienes se comprometen en la defensa de los menores, "de modo especial a la Pontificia Obra de la Santa Infancia". Después de recordar las palabras del Señor, Quien no reciba el Reino de Dios como un niño, no entrará en él, concluyó pidiendo "que María Santísima, que hoy presenta a Cristo a las gentes, nos ayude a adorarlo con el espíritu de los niños".

Terminada la oración mariana, Juan Pablo II manifestó sus "deseos cordiales de paz y de alegría en el Señor a los hermanos y hermanas de las iglesias orientales que celebran en estos días la santa navidad".

Vatican Information Service