El Papa pide el cese de la violencia y alienta al diálogo

En el tradicional Mensaje de Navidad, el Papa pidió que cese toda forma de violencia. A continuación, el Papa felicitó la Navidad en 62 lenguas a los fieles presentes en la Plaza de San Pedro y a cuantos lo escuchaban por la radio y la televisión.

Juan Pablo II impartiendo la bendición 'Urbi et Orbi' (a la ciudad y al mundo).

Juan Pablo II rogó que "ante el pesebre donde yace indefenso" el Niño de Belén, "cesen tantas formas de creciente violencia, causa de indecibles sufrimientos; que se apaguen tantos focos de tensión, que corren el riesgo de degenerar en conflictos abiertos; que se consolide la voluntad de buscar soluciones pacíficas, respetuosas de las legítimas aspiraciones de los hombres y de los pueblos".

"Niño de Belén, Profeta de paz -continuó-, alienta las iniciativas de diálogo y de reconciliación, apoya los esfuerzos de paz que aunque tímidos, pero llenos de esperanza, se están haciendo actualmente por un presente y un futuro más sereno para tantos hermanos y hermanas nuestros en el mundo".

Refiriéndose al continente africano, el Santo Padre recordó la "tragedia de Darfur en Sudán, en Costa de Marfil y en la región de los Grandes Lagos", y aseguró que seguía "con gran aprensión los acontecimiento de Irak. Y ¿cómo no mirar con ansia compartida, pero también con inquebrantable confianza, a la tierra de la que Tú eres Hijo?".

"¡Por doquier -exclamó- se ve la necesidad de paz!". Dirigiéndose al "Príncipe de la verdadera paz", el Papa pidió ayuda para "comprender que la única vía para construirla es huir horrorizados del mal y buscar siempre y con valentía el bien. ¡Hombres de buena voluntad de todos los pueblos de la tierra, venid con confianza al pesebre del Salvador! 'No quita los reinos humanos -dijo parafraseando un himno litúrgico- quien da el Reino de los cielos'. Llegad para encontraros con Aquél que viene para enseñarnos el camino de la verdad, de la paz y del amor".

En la fiesta de la Sagrada Familia

Al día siguiente, fiesta de la Sagrada Familia, Juan Pablo II dirigió unas palabras a los miles de peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro para la recita del Angelus.

"El Hijo de Dios -explicó- se prepara para cumplir su misión redentora, viviendo de forma laboriosa y escondida en la santa casa de Nazaret. De esa forma, unido a todo ser humano por la encarnación, santifica a la familia humana".

"¡Que la Sagrada Familia, que tuvo que superar no pocas pruebas dolorosas -exclamó- vele sobre todas las familias del mundo, especialmente sobre las que atraviesan momentos difíciles! ¡Que ayude, además, a todos los hombres y mujeres de cultura y a los responsables políticos para que defiendan la institución familiar fundada en el matrimonio y la sostengan a la hora de afrontar los graves retos de la época actual!".

"¡Que en este año de la Eucaristía -concluyó- la familia cristiana encuentre la luz y la fuerza para caminar unida y crecer como 'iglesia doméstica' sobre todo en la participación asidua a la celebración eucarística dominical!".

Vatican Information Service