Carros de fuego y el secreto de pelar patatas
Artículo publicado en L'Osservatore Romano el 9 de enero de 2021, en el que el mensaje de san Josemaría sobre la santificación de la vida cotidiana se relaciona con "Carros de fuego", la película ganadora del Óscar.
Como en una película: El carpintero de Nazaret
En su taller de Nazaret, Jesús aprendió y ejerció el oficio de carpintero. Desde allí nos enseña a cultivar el mundo convirtiendo toda nuestra vida en un diálogo personal con Dios.
Retiro de noviembre #DesdeCasa
¿Quién ha dicho que no puedas hacer tu propio retiro desde casa? Aunque no estés con otras personas, ni acudas a un centro de la Obra, te facilitamos material para que hagas el retiro mensual en tu casa.
Trabajo ordinario y cómo santificarlo (II): Sombreros
Donata diseña sombreros en un famoso taller de Roma. Muchos de sus diseños se emplean en producciones cinematográficas internacionales.
Trabajo ordinario y cómo santificarlo (I): Vendedor de quesos
Giorgio, italiano, trabaja en el sector de los lácteos. Está casado y tiene cinco hijos. Para él, el queso es “un poco” como la prueba de la existencia de Dios.
Trabajar por amor
¿Qué trabajo es más valioso? "Aquel que se hace con más amor de Dios", responde san Josemaría, en este vídeo en el que habla de trabajo y servicio a los demás.
Ejemplo cristiano en el trabajo
¿Cómo mantener la dignidad, dando la cara en un ambiente poco cristiano? Esta pregunta, tan actual, se la hicieron a san Josemaría en 1972. Y ésta fue su respuesta (vídeo: 0’44’’)
¿Qué significa santificar el trabajo?
Trabajar según el espíritu de Jesucristo: trabajar bien, con calidad, de acuerdo con la justicia y respetando las leyes, con el fin de amar a Dios y servir a los demás
Buscar a Dios en una excavación arqueológica
João Carlos, arquitecto, profesor de Arqueología e investigador de Historia Comparada, dice: "Tenemos que tener mucho amor por la libertad de las personas, porque sin libertad no es posible amar a Dios".
El trabajo bien hecho es ofrenda agradable a Dios
El beato Álvaro recuerda una idea central del mensaje del Opus Dei: la santificación del trabajo ordinario.









