Unas Navidades comprometidas con los más necesitados

Los residentes del Colegio Mayor Belagua han organizado por segundo año consecutivo la campaña “Mi Fiesta por tu Sonrisa”, con la que han querido promover una vuelta a los orígenes de las fiestas de la Navidad, marcadas por la celebración familiar, sobria y, sobre todo, solidaria.

De izq a derecha: Joan Colom, Nacho Fernández Ráfales, Txema Díaz y Rodrigo Vila, repartiendo las cestas por las calles de Pamplona.

La Navidad es sinónimo, en muchos ambientes, de consumo y grandes celebraciones. Desde el Colegio Mayor Belagua se propusieron volver a los orígenes de esta fiesta recuperando su primigenio sentido de sobriedad, familia, sencillez y alegría. Para eso lanzaron por segundo año consecutivo la campaña “ Mi Fiesta por tu sonrisa ”, con la que han querido concienciar a la sociedad de la necesidad de volver a las raíces de la Navidad y vivirlas en solidaridad con tantos necesitados y afectados por la actual crisis.

“La idea surgió en 2011, durante un rato de merienda en la sala de estar del mayor”, explica Manuel, uno de los impulsores de la campaña. “Para los que somos universitarios, y más si lo eres en Pamplona, diciembre marca no sólo el fin del primer trimestre de curso sino también el de los exámenes finales. Si a esto le sumamos que llegan las navidades, es lógico que en estas fechas se despierten las ganas de fiesta y de descansar tras tantos meses de trabajo y esfuerzo”.

Abriendo las huchas el pasado 20 de diciembre.

Manuel es uno de los coordinadores de las actividades sociales del Colegio Mayor Belagua, que en este curso celebra su cincuenta aniversario . “La cuestión que se nos planteaba era si, como universitarios, debíamos dar una respuesta a cómo la crisis económica afecta a tantas y tantas familias. La respuesta, claro está, es sí”, señala. “Así que en unos pocos días organizamos una campaña express para animar a la gente a que viviera las navidades sobriamente, yendo nosotros por delante con el ejemplo, obviamente”.

Floren García y Ander Etxebarría, dos de los impulsores de la campaña, con los carteles que se han editado en castellano y euskera.

Con la experiencia positiva del año pasado, este año se animaron a repetirla, procurando involucrar a más instituciones y asociaciones juveniles de Navarra. “Hay que entender qué significa la Navidad y recuperar su espíritu sobrio. Ahora bien, no se trata de no celebrar estas fechas –faltaría más– pero sí de festejarlas en consonancia con los valores que transmite la Navidad”, explica Floren García, otro de los impulsores de la campaña. “Celebración y solidaridad son perfectamente compatibles, afirma, sólo es cuestión de sensibilidad y coherencia”.

Algunos medios de comunicación se interesaron por nuestra campaña. En la foto, Manuel responde a las preguntas de Ramón García, presentador de las Tardes de la Cope.

Animados con este espíritu, desde el colegio mayor propusieron a los residentes y a toda la comunidad universitaria que donaran parte del dinero que tenían pensado gastar esas navidades en fiestas, cotillones, regalos, etc., con el que comprar cestas de navidad que llevar a familias necesitadas. A través de la Fundación Core, una ong navarra que atiende a familias inmigrantes con escasos recursos, consiguieron un listado de familias a los que visitar para llevarles las cestas, que repartieron pocos días antes de que los residentes volvieran a sus casas.

Fernando Álvarez, José Orte y Regino Duque, comprando las cestas que repartiríamos.

También se compraron algunos juguetes para algunas familias que nos lo pidieron. “En la contraportada del diario local vimos la noticia de un matrimonio que pedía juguetes para los Reyes de sus hijos”, explican Regino Duque y Fernando Álvarez, residentes de primer año de Belagua. “Desde ese periódico nos facilitaron el teléfono de la madre, a la que llamamos y nos indicó que juguetes querían. El viernes se los llevamos”, cuentan.

Guillermo Morales, Hernando Bello, José Cantó y Rafael Castrillo. La campaña se lanzó por primera vez el curso pasado. Aquí comprando las cestas el año pasado.

“La experiencia ha sido fabulosa”, remarca Ander Etxebarría, residente de 2º año del colegio mayor. “Como sucede en otras ocasiones, palpar el agradecimiento y el cariño de las personas a las que ayudamos no tiene precio y hace que merezca la pena todo el esfuerzo invertido”. “No obstante, el espíritu de solidaridad que perseguimos con esta campaña debe perdurar más allá de la Navidad: hay que crear una sólida cultura de la sobriedad y de la empatía hacia los más necesitados”, explica Etxebarría.