Una avenida para el barbastrense más universal

El fundador del Opus Dei cuenta con una avenida en su ciudad natal desde 1971. Pero la elevación a los altares del “barbastrense más universal” ha llevado a sus paisanos a inaugurar una placa con la nueva designación: ‘Avenida de san Josemaría Escrivá’.

Un grupo de barbastrenses y devotos de san Josemaría, bajo la placa.

“Esta nueva placa nos recuerda, entre semáforo y semáforo, la santidad de un barbastrense”, manifestó ayer Juan José Omella, obispo de la Diócesis Barbastro-Monzón, durante el acto oficial en el que se descubrió la nueva placa en cerámica, realizada por el artista José María Lacoma, para la avenida que lleva el nombre del barbastrense más universal.

Esta avenida recibió por primera vez el nombre de “Camino de Monseñor Escrivá” el 22 de agosto de 1971 durante un acto que presidió el alcalde Manuel Gómez Padrós, con asistencia del entonces Consiliario del Opus Dei en España, Florencio Sánchez Bella.

El 3 de septiembre de 1992, el Ayuntamiento que presidía Manuel Rodríguez cambió la placa por la de “Avenida del Beato Josemaría Escrivá de Balaguer”, en el transcurso de un homenaje público celebrado en el Teatro Argensola, al que asistió monseñor Álvaro del Portillo, prelado del Opus Dei. Nueve años más tarde, con motivo del centenario del fundador se inauguró la iglesia san Josemaría, primera dedicada en España, meses antes de que se celebrara en Roma, el 6 de agosto de 2002, la canonización del primer barbastrense de la historia.

La Corporación Municipal de Barbastro asistió ayer al último acto oficial de la legislatura y el alcalde, Antonio Cosculluela, quiso que se celebrara antes del sábado próximo, “para que todos podamos cerrar este ciclo de cuatro años en el que se han producido estos eventos tan importantes en la historia de la ciudad”. La mayoría de los concejales asistieron al acto, en el que participaron Juan José Omella, Obispo de la Diócesis; Jorge Balcells, vicario de la Delegación de la Prelatura del Opus Dei en Aragón; Javier de Mora, director del santuario de Torreciudad y José Joaquín Sancho Dronda, presidente del Patronato.

Entre el público estaba José Luis Saura, primer rector de Torreciudad, que conoció al santo. Un grupo de cuarenta mujeres de diversas nacionalidades de habla inglesa, se desplazó desde el santuario para asistir al acto, celebrado en plena calle. En su intervención, Jorge Balcells evocó las raíces barbastrinas del fundador del Opus Dei “y cómo por esa circunstancia, son millones de personas en todo el mundo las que pronuncian con afecto especial el nombre de Barbastro, y sueñan con recorrer sus calles y plazas, como lo hiciera san Josemaría en su infancia”.

Al mismo tiempo, recordó la última visita de Escrivá con motivo de recibir la Medalla de Oro de Barbastro, el 25 de mayo de 1975, “un mes antes de su marcha al cielo, tuvo la oportunidad de consagrar el altar mayor de Torreciudad”. La inauguración de la primera iglesia dedicada en España, en la parroquia de san José y la referencia de algunos “actos importantes que demuestran el cariño de este Ayuntamiento”, culminaron su breve intervención.

Ángel Huguet (El Cruzado aragonés)