Una profesora comprometida con la acción social

Reproducimos un artículo publicado en La Vanguardia, con motivo del accidente de varias universitarias en Costa de Marfil, en el que ha fallecido Teresa Cardona, una de las encargadas del la actividad de promoción social.

Teresa Cardona

La Vanguardia La profesora fallecida era comprometida, vitalista y amante de la música

Comunicado del Colegio Mayor Bonaigua


Quienes conocían a Teresa Cardona coinciden en un adjetivo al recordarla para este diario: vitalista. Subdirectora del colegio Canigó y del colegio mayor Bonaigua, ambos centros de Barcelona y vinculados al Opus Dei, la profesora catalana fallecida el viernes en un accidente de tráfico en Costa de Marfil mientras acompañaba a un grupo de 27 jóvenes y dos monitoras durante un viaje solidario, era una mujer decidida y comprometida. Por eso no dudó en ponerse al frente por segundo año del campo solidario de trabajo que ambos centros educativos desarrollan en un pueblo cercano a Yamusukro, en el centro del país marfileño.

“Era una mujer alegre y entregada. Hacía todo siempre con una sonrisa, disfrutaba de cada proyecto que iniciaba, era de esas personas positivas y optimistas que nunca bajan los brazos”, explica Concepción Patxot, portavoz del Bonaigua. En una foto cedida a este diario justo antes de partir hacia Costa de Marfil, se ve a Cardona sonriente en medio del grupo, como una más. Entre las alumnas accidentadas, de entre 17 y 20 años, hay al menos 10 heridas, dos de ellas con fracturas pero no se teme por su vida.

Además de a África, Cardona llevaba su generosidad con el prójimo a su día a día. La menor de una extensa familia de varios hermanos y soltera sin hijos [Teresa era numeraria del Opus Dei], estaba muy volcada en el cuidado de sus padres, de edad muy avanzada.

Maria Pilar Arregui, directora de la Fundació Montblanc y quien coincidió años atrás con Cardona, destaca también la vitalidad de la fallecida, pero añade un rasgo más de su carácter: su pasión por la música. “La recuerdo siempre contenta y con una guitarra en las manos o con su acordeón”.

Amante del deporte —practicaba especialmente el tenis, entre otros deportes— y de la educación, tenía en la música su otra gran pasión. Además de demostrar buenas cualidades en el canto, sumaba a su habilidad con la guitarra y el acordeón, un buen manejo del teclado, con el que participaba en un grupo musical del Bonaigua.

Un detalle reciente define el carácter de Cardona. Antes de este último viaje a Costa de Marfil, no se rindió cuando la aerolínea se negó a llevar su guitarra en el avión si no pagaba un alto sobrecoste. Cardona removió viento y marea y habló incluso con la embajada española en el país africano para poder llevar consigo su instrumento. Al final no lo llevó porque no quiso que nadie pagara un gasto que consideraba excesivo, pero fue porque ella lo decidió. Por eso, al recordarla, además de en su vitalidad todos sus amigos coinciden en otra cosa también: “Teresa nunca se daba por vencida”.

Xavier Aldekoa

La Vanguardia