Savia renovadora

En 1209 el papa Inocencio III tuvo un sueño: la basílica de Letrán se inclinaba, hasta casi desplomarse. Un religioso la sostenía. Francisco de Asís le había presentado su regla y el papa se había extrañado por su rigor. El papa le dijo: "Ruega a Dios que nos manifieste su voluntad. Cuando la conozcamos, te podremos responder con toda seguridad". El papa interpretó, por ese sueño, que debía aprobar la regla. Francisco sostiene la Iglesia. Así lo pintó bellamente Giotto, en la basílica de San Francisco de Asís (h. 1290-1300).

El hasta hora Cardenal Jorge Mario Bergoglio ha sido elegido como papa, tomando el nombre de Francisco (I). No parece aventurado ver aquí una orientación hacia la caridad y el amor a los más necesitados que caracterizaba al "poverello".

Los cardenales han querido elegir a este primer papa no europeo desde hace más de 1000 años. Y por ello ha señalado bromeando: parece que los cardenales han ido a buscarlo al nuevo obispo de Roma "casi al fin del mundo", en referencia a su país de origen, Argentina. Quizá porque la Iglesia se sabe y se siente llamada a ir lejos para retomar fuerzas y poder llevar más lejos el anuncio de Cristo.

Inmediatamente ha manifestado su conciencia de ser el obispo de Roma que invita a comenzar un nuevo camino: "Obispo y pueblo. Este camino de la Iglesia de Roma, que es la que preside en la caridad a todas las Iglesias. Un camino de fraternidad, de amor, de confianza entre nosotros". Así es, porque el Vicario de Cristo es el Padre común de esta familia de Dios en el mundo, germen de fraternidad universal.

A continuación ha pedido: "Recemos siempre por nosotros: el uno por el otro Recemos por todo el mundo, para que haya una gran fraternidad". Y ha añadido: "Deseo que este camino sea fructifero para la evangelización de esta ciudad tan hermosa".

Antes de dar la bendición a los presentes y a todas las personas de buena voluntad, pidió la oración para sí mismo –"la oración del pueblo, pidiendo la bendición para su obispo–, inclinándose y dejando unos minutos de silencio, mientras las cámaras recogían los rostros de la multitud concentrada, efectivamente en oración.

El lema de su escudo cardenalicio es "miserando atque eligendo". San Beda el Venerable, gran historiador de los primeros anglosajones (s. VII-VIII), vinculó la elección de San Mateo a la misericordia de Dios. Junto con la elección está la imitación en el obrar.

El hecho de ser un papa latinoamericano apunta a la savia renovadora que supone ese continente para la Iglesia, siempre viva, según decía Benedicto XVI. Por cierto que entre sus primeras palabras, Francisco I se ha situado en continuidad con el ahora papa emérito de Roma: "Vamos a rezar todos juntos por él, para que el Señor le bendiga y la Virgen lo proteja".

Es una especial alegría para nosotros que la lengua natal del nuevo papa sea el castellano. La vida, la familia y la comunicación son valores sobresalientes en la cultura latinoamericana, tan vinculada a la nuestra. El nuevo papa, que fue técnico químico, estudió teología en Alemania y ha publicado diversos libros sobre la vida religiosa, la educación, el amor a la patria y otros temas morales.

Caridad y misericordia, confirmación en la fe y en la unidad, oración y nueva evangelización, savia joven para la Iglesia, continuidad y renovación. Son los acordes primeros de este nuevo pontificado.

Fuente: Universidad de Navarra: https://bit.ly/XnIWQU

Ramiro Pellitero, Profesor de la Facultad de Teología // Diario de Navarra