Rouco pide que la canonización de Escrivá sea "lo más pronto posible"

El centenario del nacimiento de Josemaría Escrivá se abrió con misas por todos los rincones del mundo. Así sucedió en varias ciudades de España, como Valencia, Sevilla, Oviedo, Zaragoza, Barcelona, Granada y Valladolid, celebradas todas por los titulares diocesanos. El cardenal Rouco presidió la misa en Madrid.

El centenario del nacimiento de Josemaría Escrivá de Balaguer se celebró ayer con misas por todos los rincones del mundo. Así sucedió también en varias ciudades de España, como Barcelona, Valencia, Sevilla, Oviedo, Zaragoza, Madrid, Granada y Valladolid, presididas todas por los titulares diocesanos. El cardenal Rouco, en la misa en Madrid, pidió que sea «lo más pronto posible el reconocimiento de la santidad del beato».

El cardenal de Madrid presidió la celebración de una solemne eucaristía, acompañado por el nuncio de Su Santidad en España, Manuel Monteiro de Castro; el arzobispo castrense, José Manuel Estepa; el vicario de la Obra en España, Tomás Gutiérrez; y sus obispos auxiliares, además de medio centenar de sacerdotes. La representación civil contó con la presencia del ministro de Defensa, Federico Trillo; el alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano; y representantes de una quincena de embajadas. Sin embargo, lo que más llamó la atención fue la presencia de miles de fieles, que abarrotaron literalmente el templo madrileño, desde las naves hasta las escaleras, pasando por las puertas y la plaza de Juan Pablo II que da a la calle Bailén. En la Almudena no cabía un alma, y los encargados del dispositivo de seguridad tuvieron que hacer encaje de bolillos para conseguir que la ceremonia se desarrollara con normalidad. Ello no impidió ciertos sustos, como la presencia de un maletín sospechoso, que fue recogido por la Policía.

"Gozo y responsabilidad"

Al inicio de la celebración, Tomás Gutiérrez señaló que «todos los fieles del Opus Dei sentimos un gran gozo y responsabilidad por la herencia divina legada por el beato Josemaría», al tiempo que mostró el compromiso de cada fiel de la Obra «por servir a la Iglesia como Dios quiere que sea servida».

En su homilía, el cardenal Rouco agradeció a Dios «la figura del beato Escrivá, porque a través de él y de su obra se comprueba cómo Dios pasa por la vida de los hombres». El presidente del Episcopado, que calificó el siglo XX como «el siglo del beato Escrivá de Balaguer», destacó su vocación a la santidad, «una vocación que hay que realizar en medio del mundo». «No hay distinciones a la hora de formar parte de la Iglesia. Todos tenemos la misma responsabilidad y estamos llamados a ser santos». En sus palabras, el cardenal reconoció el compromiso de Escrivá «por la vida interior como vía de contemplación donde se puede reflejar la vida personal, familiar y profesional». Para Rouco, «todos debemos, como el beato, hacer presente a Cristo en el mundo».

Finalmente, el arzobispo de Madrid, que recordó que el beato «vivió sus primeros años de sacerdocio en Madrid, así como los primeros pasos de su obra», mostró su deseo por que «lo más pronto posible veamos el reconocimiento de su santidad», refiriéndose a la próxima canonización de fundador del Opus Dei. «Él hizo posible -concluyó el cardenal- la realización concreta de la vocación a la santidad en el mundo».

El inicio de los actos en memoria del beato Escrivá de Balaguer tuvieron su prólogo en la noche del martes en su ciudad natal, Barbastro (Huesca), con una concelebración eucarística en la catedral en la que participaron 30 sacerdotes. En su homilía, el obispo Juan José Omella, destacó que el beato «vivió enraizado en Cristo», y «se reconoció, con gozo, hijo de la Iglesia, a la que amó apasionadamente». Omella dijo también que «hemos de dar gracias a Dios por lo que la Obra ha sido para la Iglesia y para tantas personas a las que ha ayudado a conocer y a amar más a Dios». Por su parte, Antonio Cosculluela, alcalde de Barbastro y presidente de la Diputación Provincial de Huesca, destacó la importancia de que Barbastro sea "la ciudad donde han comenzado los actos conmemorativos que se celebrarán durante el año en diferentes partes del mundo". El vicario regional de la Prelatura en España, monseñor Gutiérrez Calzada, destacó en su intervención que "Barbastro resultó clave en la forja de la personalidad humana y espiritual del beato Josemaría".

ABC