«Lo que más me impresionó de San Josemaría fue su defensa de la libertad»

Una muestra propone un recorrido por la huella que el fundador del Opus Dei dejó en Valladolid y sus gentes

El 2 de mayo de 1940 se abrió el primer centro del Opus Dei en Valladolid. Estaba situado en la calle Montero Calvo y familiarmente fue conocido como «El Rincón», por ubicarse en un diminuto piso. Fue allí donde Julia Rubiales tuvo sus primeros contactos con la Obra. Ha llovido mucho desde entonces y hoy Julia se ha convertido en la supernumeraria más veterana de Valladolid. Para los ajenos a la Obra, explica Julia, una supernumeraria es una persona de la prelatura del Opus Dei que, como cualquier otra, vive con su esposo y sus hijos, si los tiene, y atiende a la Obra a través de su labor familiar y profesional. Es decir, su camino de santificación es acercar a Dios a través de su propia familia y de los que tiene alrededor.

Con su ingreso en la Obra, Julia siguió los pasos de otras mujeres como Dorita Calvo —la primera de Valladolid que perteneció al Opus Dei—, Lola Pardo o María Nieto, que escucharon de los labios del fundador la importancia de santificar el trabajo y las tareas cotidianas. Desde finales de 1939 hasta 1946 Josemaría Escrivá de Balaguer realizó frecuentes viajes a Valladolid, tercera ciudad del mundo tras Madrid y Valencia, en la que comenzó establemente su labor de apostolado. Julia tuvo la oportunidad de conocerle y recuerda que lo que más le impresionó fue «la capacidad de darse, el amor que mantuvo a Dios y a la Iglesia y su defensa de la libertad».

Dice esta vallisoletana que a lo largo de su vida la Obra le ha aportado mucho: «Un mayor conocimiento de Dios, viéndole como un padre; una visión distinta de la gente y la posibilidad de enfocar las cosas desde una perspectiva menos material y egoísta». Sobre su aportación al Opus Dei, señala modestamente que ha sido su «mejor voluntad para estar al servicio de la Iglesia», aunque «me he quedado muy corta —añade— porque no hay proporción entre todo lo que he recibido y lo que yo he podido dar». Defiende que su condición de supernumeraria —fue la primera en Valladolid— nunca le ha supuesto un sacrificio a su familia, «al revés. He pretendido ser buena madre de familia, buena profesional y buena amiga. Ser supernumeraria no quita, sino pone». Desde los años cincuenta en los que ella ingresó en la Obra ésta no ha dejado de crecer. «No sé cuántas supernumerarias somos actualmente en Valladolid, pero seguro que bastantes».

Una exposición muestra a partir de hoy en el Real Monasterio de San Joaquín y Santa Ana la trayectoria del Opus Dei en Valladolid y, fundamentalmente, la vinculación de su fundador con esta ciudad.

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Más de 60 visitas

Entre 1938 y 1949 el fundador del Opus Dei visitó 61 veces Valladolid. En aquellos viajes se entrevistó con familias, jóvenes profesionales, eclesiásticos, universitarios, trabajadores... Organizaba charlas familiares en las que explicaba que la vida ordinaria podía ser el camino de encuentro con Cristo. Históricos lugares como la Catedral de Valladolid y otros más modestos como el hotel Roma o el desaparecido hotel Español, además de «El Rincón» —primer centro del Opus Dei en Valladolid— fueron testigo de estos encuentros. La exposición que se inaugura hoy en Valladolid hace un recorrido por estos emblemáticos lugares.

H. Díaz / ABC (Valladolid)