Legación de Honduras

Recorrido histórico de los lugares fundamentales relacionados con la fundación del Opus Dei.

Bajando por el Paseo, hacia la derecha, en dirección a la Estación de Atocha, en el actual nº 45, se encuentra el lugar donde estuvo la Legación de Honduras.

Este edificio está cercano a la Plaza de Castelar.

En este lugar estuvo refugiado el Fundador del Opus Dei desde el 14 de marzo 1937 hasta finales de agosto de aquel año.

«Al llegar a la Legación -recuerda Santiago Escrivá- estábamos, además de los otros refugiados, sólo José María González Barredo, que dormía en el hall, debajo de un bargueño; y mi hermano Josemaría y yo, que dormíamos debajo de la mesa del comedor, cuando los demás refugiados se retiraban a sus habitaciones.

Al cabo de un mes o más, ya tuvimos la habitación que había junto a la carbonera, al lado de la puerta de servicio. Allí extendíamos los seis colchones durante la noche y los recogíamos durante el día".

"Comíamos muy poco -cuenta el hermano del Fundador-. Josemaría menos que los demás porque había días que no comía nada o muy poca cosa, como mortificación, para ofrecerlo a Dios».

Pronto reflejó el rostro del Fundador tantas penalidades y sufrimientos. Perdió treinta kilos en aquellos meses; y adelgazó hasta el punto que, cuando su madre pudo ir a verle al Consulado —no le había visto desde hacía mucho tiempo— no le reconoció; se dio cuenta de que era su hijo sólo por la voz.

Pitillera en que el Fundador llevaba algunas partículas del Santísimo Sacramento, después de abandonar el Consulado de Honduras. Eso le permitía dar la Comunión a personas que no habían podido recibir al Señor desde el comienzo de la guerra.

Las atendía, con grave riesgo para su vida, en las calles de Madrid, de forma disceta. El pequeño corporal que aparece debajo lo confeccionó su hermana Carmen con este objeto. La bolsa de tela, con la bandera de Honduras y el sello del Consulado, servía para guardar la pitillera.