Las huellas de un santo del seminario de Logroño

El obispo de la diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño y el Prelado del Opus Dei intervinieron en un acto celebrado en el seminario de Logroño. En esta ciudad, san Josemaría vio su llamada y dio sus primeros para el sacerdocio.

Mons. Búa y Mons. Echevarría, en el seminario de Logroño.

El Seminario Diocesano de Logroño acogió el pasado sábado un acto académico sobre la figura sacerdotal de san Josemaría. En esta ciudad vio el fundador del Opus Dei su llamada al sacerdocio -a raíz de las huellas en la nieve que dejaba un religioso- y en su seminario se formó entre 1918 y 1920.

Este acto, organizado por la Diócesis, estuvo presidido por el obispo Mons. Ramón Búa. Intervinieron además Mons. Javier Echevarría, prelado del Opus Dei; y José Luis Illanes, profesor ordinario de Teología de la Universidad de Navarra.

Mons. Ramón Búa destacó la importancia que tiene para la historia del seminario riojano “las huellas, los vestigios de santidad que quedaron impresas en nuestra ciudad por el paso del santo recientemente canonizado por la Iglesia”. “Es un santo nuestro, un santo que tenemos que hacer cosa nuestra, propuesto como modelo cercano”

También destacó la “cercanía que el Opus Dei tiene con todos nosotros facilitando ayuda espiritual a tantos sacerdotes y seglares de nuestra diócesis. A tantos que quieren responder a ese carisma de la santidad en lo ordinario”.

La segunda intervención correspondió a D. José Luis Illanes que desde una perspectiva histórica destacó la importancia que tuvieron para San Josemaría sus años de adolescente en Logroño. “Desde una perspectiva cronológica, en los años de Logroño, se consolidó su personalidad, pasando desde la adolescencia a la juventud. Fueron los años en que Dios, sirviéndose del frío de una mañana de invierno, se introdujo con gesto señorial en su existencia, haciéndole barruntar una misión”.

El profesor Illanes recordó muchos pequeños sucesos y acontecimientos familiares que sirvieron de contexto para enmarcar la importancia que tuvo lo ordinario en la vida del santo durante esos años. Terminó su intervención remarcando que “los años de Logroño, constituyen, con plena verdad una encrucijada –e incluso la encrucijada decisiva- en la vida de San Josemaría. Fue entonces Dios quién comenzó a marcarle un rumbo del que no debía apartarse en lo sucesivo. Y del que, de hecho, no se apartó jamás”.

Intervención del Prelado del Opus Dei.

Virtudes sacerdotales

Mons. Javier Echevarría, prelado del Opus Dei, aludiendo a la predicación de San Josemaría sobre el sacerdocio, quiso hacer en su intervención un recorrido por los aspectos más relevantes de la identidad del sacerdote: la santidad sacerdotal como don y tarea, las virtudes humanas, el fundamento de la humildad, la caridad pastoral y la fraternidad sacerdotal.

“San Josemaría –señaló– quiso identificarse con Cristo, ser el mismo Cristo, en el ejercicio del ministerio sacerdotal y en toda su existencia. De ahí su vida de oración, su celebración pausada de la Misa, su ‘necesidad’ de permanecer largos ratos junto al Sagrario; y, al mismo tiempo, su urgencia por buscar a las almas para conducirlas, en Cristo, por caminos de santidad”.

Al destacar la caridad pastoral como una de las virtudes importantes para el sacerdote señaló como ejemplo a “San Josemaría, en sus andanzas por los barrios extremos del Madrid de los años 20 y 30, en perenne contacto con la pobreza y la enfermedad, atendiendo a los moribundos, confortando a los enfermos, ilustrando a los niños y a los adultos con la doctrina cristiana. Así gastó su existencia hasta la última jornada: siempre pendiente de los demás, cercanos y lejanos, conocidos y desconocidos: rezaba y se sacrificaba gustosamente por todas las almas, sin excepción”.