Los ponentes, moderados por Miguel Ángel Llano, profesor del Instituto Internacional San Telmo, abordaron el trabajo como testimonio de la dignidad del hombre, desarrollo de la propia personalidad, fuente de recursos y medio para contribuir a la mejora de la sociedad. Al acto acudieron más de doscientas personas, entre profesionales y empresarios de toda Andalucía.

La directora de la escuela, Adelina Elías, explicó que esta mesa redonda dirigida al mundo de la empresa quería ser un foro de reflexión sobre el valor santificador del trabajo, núcleo del mensaje de Josemaría Escrivá. "Poner a Cristo en la cumbre de todas las actividades humanas, era una de las frases de hondo contenido con la que el Beato Josemaría animaba a sus hijos a realizar bien todas las tareas profesionales que desempeñan".

Enrique Moreno, presidente de Isla Mágica, manifestó que "Josemaría Escrivá de Balaguer fue, creo, la primera persona en este siglo que quiso dignificar el trabajo de los laicos y elevarlo a la altura del sacerdocio."

Por su parte, Antonio Moya, adjunto al Secretario General de la CEA, dijo que "a lo largo de la historia se han ido dando diferentes enfoques al trabajo, creo que es importante encontrar en el trabajo, puntos de vista de personas que como el beato Josemaría, supieron dignificar la esencia y la naturaleza del propio trabajo para darle un sentido espiritual".

Mª Teresa Laporte, profesora de la Universidad de Navarra, matizó que el mensaje del beato sobre el trabajo "fomenta la libertad y la creatividad personal, la responsabilidad de que uno se hace dueño de su actuar y del resultado de su actuar".

Montserrat Calvet, empresaria, habló de las mujeres en el mundo profesional: "La mujer es una persona más, destinada a construir con el hombre la sociedad, que los dos juntos forman. Muchas mujeres, por una u otra razón han optado exclusivamente por el trabajo en el hogar, un trabajo y sacrificio muy poco reconocido en nuestra sociedad y hasta por algunas mujeres. Yo coincido con el Beato Josemaría Escrivá cuando afirma que no existen trabajos de segunda categoría, y desde luego el de cuidar el hogar y la familia no lo es".

El Fundador del Opus Dei visitó Albáydar dos veces, en el año 1968 y en 1972, en un viaje que hizo por Andalucía Occidental. En esa ocasión, Escrivá de Balaguer, conoció la sede de la escuela, dedicada ya desde entonces a la formación de secretarias. Después acudió a la Basílica de la Macarena para rezarle a la Virgen, a la que tenía mucha devoción.