José María Caparrós, un gran historiador del cine

Obituario de José María Caparrós, escrito por Daniel Arasa en La Vanguardia.

La Vanguardia (Daniel Arasa) José María Caparrós, un gran historiador del cine (PDF)

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Nos ha dejado José María Caparrós Lera, tras varios años de forcejeo contra un cáncer que ha sobrellevado con alegría, trabajando hasta el último momento, esforzándose en la lucha por la vida pero aceptando con visión sobrenatural la muerte que veía cercana. La semana próxima se publicará un libro suyo que será póstumo, escrito junto con Magí Crusells, con prólogo de Paul Preston y epílogo de Andreu Mayayo: Las películas que vio Franco. Él tuvo ocasión de ver ya el libro impreso, en el que se muestra que en El Pardo el dictador y Jefe del Estado veía películas que no siempre proyectaban en las pantallas españolas.

Caparrós fue un pionero en España en la relación del cine con la Historia. Es una de las figuras fundamentales en este campo. Ha publicado más de cuarenta libros sobre historia del cine y fue uno de los principales promotores de la enseñanza de la historia a través del cine. Creó en la Universidad de Barcelona en el curso 1995-96 la asignatura Història Contemporània i Cinema, en la que se siguió su propio manual de “100 películas sobre historia contemporánea”.

Mucho antes, en 1983, había fundado el Centre d’Investigacions Film-Historia de la Sección de Historia Contemporánea y Mundo Actual del Departamento de Historia y Arqueología de la UB, y fue editor de la revista Filmhistoria desde 1991. Ha sido, además, creador de una escuela de historiadores del cine y formador de diversos especialistas.

Entre sus especialidades en el campo histórico y cinematográfico se encuentran los períodos de la Segunda República y la Guerra Civil española. Fue crítico de cine en diversos medios antes de dedicarse a la docencia, vicepresidente de la International Association for Media and History desde 1987 a 1993, impartió cursos de historia del cine español en universidades norteamericanas y británicas, y fue director científico del Congreso Internacional sobre Guerra, Cine y Sociedad organizado en 1992 por la UB. Fue miembro de la Academia de las Ciencias y las Artes Cinematográficas de España, de la Academia del Cine Catalán y de la Federación Internacional de Prensa Cinematográfica, así como comisario de varias exposiciones relacionadas con el cine.

Entre sus últimos libros se encuentran El cine español durante el Gobierno de Zapatero (2004-2011). Un escenario histórico de la última época socialista (2017), El pasado como presente. 50 películas de género histórico (2017), Memoria histórica y cine documental junto con Magí Crusells y Francesc Sánchez Barba (2015), y Cinema, Historia y Religión con Ferran Blasi (2014).

De etapas anteriores destacan 100 grandes directores de cine (1994), La guerra de Vietnam, entre la historia y el cine (1998), Historia del cine americano (2002), La cuestión irlandesa y el IRA: una visión a través del cine (2003) y otros.

Era vicepresidente primero de CinemaNet, entidad dedicada a promover los valores humanos, familiares, sociales y educativos a través del cine. Junto con Daniel Arasa, fundaron los premios cinematográficos “Familia” que han cumplido 21 ediciones.

Ha querido dirigir una carta de despedida a los amigos, conocidos y colaboradores. La inicia diciendo que nunca pensó que las nuevas tecnologías serían la forma que utilizaría para despedirse hacia su nueva etapa, y explica que su objetivo en la vida ha sido servir a Dios y a los hombres, de manera especial a través de su trabajo profesional y pide perdón si a alguno ha molestado herido, diciendo que “no habrá sido por mala voluntad sino por debilidad o por no haber estado a la altura”.

EnJosé María Caparrós, miembro del Opus Dei, destacaba la sencillez en el trato, la amabilidad, el espíritu de servicio, la nula ostentación. Un detalle evidencia su sencillez. El pueblo de Banyeres (Tarragona) le dedicó hace años una calle. Había impartido en la población tres cursos sobre Historia Contemporánea y el Séptimo Arte. Caparrós aceptó con amabilidad la atención del Consistorio para con él, pero no dejó por ello de pronunciar un parlamento y publicar un artículo relativizando el valor de todos los honores, homenajes, condecoraciones, prebendas. Lo tituló Vanidad de vanidades.