Hoy en la Complutense, ayer en Australia

El final del verano está inevitablemente asociado al comienzo de las clases; los estudiantes, después de unas largas vacaciones, vuelven a las aulas. Pero ¿a qué se han dedicado durante los meses de julio y agosto?

Este año, desde todos los rincones de España, más de cien universitarias han viajado a diversas partes del mundo: a Francia, a Inglaterra, a Jerusalén, a Japón, al Sudeste Asiático… De cinco continentes a cinco continentes. Países en los que la labor del Opus Dei está más o menos extendida, y donde han colaborado en todo tipo de tareas.

 

Las chicas que han participado en este intercambio cultural, asisten habitualmente a los medios de formación que el Opus Dei imparte, cada una en su ciudad. Para estas jóvenes, el largo período de vacaciones permite organizarse y dedicar un poco de tiempo a los demás. 

Las chicas que han participado en este intercambio cultural, asisten habitualmente a los medios de formación que el Opus Dei imparte, cada una en su ciudad.

Es el caso de Cristina, una de las participantes: “para mí, esta experiencia suponía la oportunidad de poner en práctica las cosas que yo he recibido durante los años que llevo en contacto con la labor del Opus Dei, aquí en Madrid. De alguna manera, era mostrar a otros lo que yo he aprendido”.

Lo de “ayudar” es en el sentido más amplio de la palabra; han organizado campamentos, colaborado en proyectos de restauración, han ayudado en las tareas del hogar, han dado clases de español… cada una ha procurado hacerse a “su país”, colaborando en la tarea que más falta hiciera, de todas las que realizan allí las personas del Opus Dei.

“Junto con otras chicas de varios países, organizamos un campamento de niñas árabes de entre 10 y 13 años'

Ana, una sevillana que acaba de terminar 2º de Bachillerato, explica que no sé lo pensó dos veces: “En Entrepuentes, el centro de la Obra que frecuento, me propusieron ir en verano a Hungría, porque es un país donde hay muy poca gente del Opus Dei y hacen falta brazos que ayuden”. Ha estado allí durante un mes y ha colaborado en la organización de las actividades de verano para chicas como ella.

Algo parecido ha hecho María, que estudia Farmacia en la Universidad Complutense de Madrid y que ha pasado tres semanas en Jerusalén, ayudando en un Summer Camp: “Junto con otras chicas de varios países, organizamos un campamento de niñas árabes de entre 10 y 13 años. Por las mañanas, ayudábamos un poco en las tareas de la casa y por las tardes, dábamos clases de cocina, de manualidades… Ha sido una experiencia muy enriquecedora y además en Tierra Santa, que es un lugar precioso.”