Muchos favores

​Empecé a pedirle a Dora que interceda por pequeños y no tan pequeños favores que he ido necesitando.

Pensé en ella, porque habiendo gastado su vida en trabajos humildes y escondidos, me imaginé que Dios la tendría muy en cuenta en el Cielo. Al empezar a recibir tantos favores pensé: qué alto debe estar en el Cielo, si Dios le hace tanto caso… También me animó saber que en su trabajo le gustaba emplear bien las máquinas, y lo hacía con competencia. Entonces pensé: aunque parezcan cosas difíciles, “se las arreglará” para conseguirlas…. Y así lo hizo. Ante el éxito de las prontas “respuestas” de Dora, me fui animando a pedirle favores de todo tipo, y cada vez más continuos y complicados: pedidos de dinero para arreglos en una construcción (que beneficia a gente joven), arreglos de computadora y celular, encuentros con personas, recuperar cosas perdidas…, etc. Ahora acudo a ella, cada vez con más confianza, sabiendo que su respuesta es segura e inmediata.

C. M.