Dirigir empresas con sentido cristiano

El título puede extrañar a algunas personas. ¿No existe cierto convencionalismo de que la empresa está regida por el mercado y las leyes? ¿Cómo es posible hablar de dirigir empresas con sentido cristiano?

Artículo publicado en Alfa y Omega

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Quizá alguna empresa todavía continúe siendo dirigida mirando únicamente al mercado y a las regulaciones, pero hoy en día todo buen directivo empresarial sabe muy bien que el mercado y las leyes son condición necesaria, pero absolutamente insuficiente. Hay muchos otros factores que han de ser considerados para dirigir bien. Entre otros, descubrir cómo motivar a los empleados, lograr atraer talentos, conseguir reputación, fidelizar clientes, tener visión estratégica, innovar, desarrollar competencias directivas, compartir valores y modos de hacer que configuran una buena cultura empresarial. Conocer las mejores prácticas de empresas punteras tampoco es baladí y, por encima de todo, hay que dirigir generando confianza.

En muchos de estos factores intervienen aspectos éticos y hasta espirituales: el carácter moral de los directivos, la inclusión de la ética en la toma de decisiones, responsabilidades empresariales, valores promovidos,… Hay, además cierto ethos en el modo de dirigir que incluye, entre otros elementos, cierta visión de la persona, de la empresa y la sociedad. A todo ello la ética y la espiritualidad cristiana tienen mucho que aportar.

Al revisar, la doctrina social de la Iglesia se hace evidente que existe un sentido cristiano de la empresa, aunque no propone modelos o modos concretos de diseñar organizaciones empresariales ni sistemas de dirección. Los Papas se han referido a ello desde León XIII. Las enseñanzas pontificias incluyen, en efecto, valores, principios y criterios muy relevantes en el modo de dirigir empresas. En ocasiones han condenado abusos y malas prácticas, han clamado contra la corrupción y han exigido un comportamiento recto. Pero, lo que es más, han presentado una visión humanista y cristiana acerca de cómo entender el trabajo, la consideración y trato que merecen las personas y así como el respeto a los derechos humanos en el ámbito empresarial. En estas enseñanzas hay, además, sólidas convicciones sobre la naturaleza y la finalidad de la empresa, la misión del empresario y del directivo empresarial, al tiempo que se recomiendan virtudes del todo necesarias.

Todo ello es muy relevante para configurar el ethos al que nos hemos referido, subyacente a cualquier modo de entender la dirección, y que responde a cuestiones como qué es la persona, qué es la empresa, para qué el poder empresarial, qué legitima la empresa y su función ético-social. El sentido cristiano de la empresa es también significativo para configurar y dar sentido a algunos elementos citados más arriba. Son de gran importancia práctica, por ejemplo, la cultura empresarial y las competencias morales, relacionadas con el carácter moral del directivo.

Hasta ahora han sido pocas las obras que se han ocupado de cómo dar sentido cristiano a la dirección de empresas. Un libro reciente, titulado precisamente Dirigir empresas con sentido cristiano (Eunsa 2015) viene a cubrir, en parte, este hueco. No es, ni pretende ser, un tratado sistemático, pero incluye aportaciones sugerentes de un modo asequible, realista y directo. Su autor es Javier Echevarría, prelado del Opus Dei. El libro recoge tres artículos suyos publicados previamente en la revista de antiguos algunos del IESE, del que es Gran Canciller. Van precedidos de una introducción (Melé), que los sitúa en el contexto empresarial actual y presenta al lector en sus principales líneas de fuerza. Contiene también un largo epílogo (Argandoña) que, en base a estos escritos, propone un perfil de empresario cristiano.

El libro está inspirado en la doctrina social de la Iglesia y en diversos aspectos básicos del espíritu del Opus Dei que concretan un modo de dar sentido cristiano a la dirección. De la doctrina social toma la visión de la empresa y su contribución al bien común, junto a valores y virtudes –destaca la importancia de la justicia, pero insistiendo que la justicia no basta; hay que querer a la gente. La unidad de vida, la santificación del trabajo y actuar en todo momento como quien se sabe hijo de Dios, el amor a la libertad y el sentido de servicio con que hay que enfocar la autoridad, son algunas de las características del espíritu del Opus Dei consideradas en este libro.

Domènec Melé, profesor de IESE Business School, Universidad de Navarra

Domènec Melé

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