Nochebuena para todos

Desde hace tres años, la parroquia de san Ramón Nonato organiza una cena de Nochebuena para personas necesitadas del barrio, en Vallecas. La semana pasada participaron en ella 200 comensales de 14 nacionalidades distintas.

La parroquia de san Ramón Nonato está situada en el distrito Puente de Vallecas, con un 30% de población inmigrante y la tasa de paro más elevada de la Comunidad de Madrid (más del 23%).

Ángel Noguera, voluntario de la parroquia de San Ramón Nonato.

Para ayudar a paliar esta situación, el templo cuenta desde hace poco más de un año con la Obra Social-Familiar Álvaro del Portillo, que se integra dentro del complejo parroquial y en el que, en palabras del párroco, José Manuel Horcajo, “con 140 voluntarios hemos llegado a 1.400 beneficiarios, para mostrar cómo la Iglesia es familia”.

Todo el que llama a la puerta de san Ramón puede apuntarse a su escuela de padres o sus talleres de capacitación laboral; colaborar o beneficiarse del proyecto Siméon (para acompañar a ancianos solos) o del proyecto Lázaro (para la atención de mendigos del barrio); pero su producto estrella es el comedor social, que cada día da alimento a 190 personas.

Paloma Ascaso, presidenta de la ONG AVANZA.

Es allí donde, gracias a la ayuda de la ONG Avanza, organizan cada 24 de diciembre una cena de nochebuena para todos los pobres o los que están solos. El primer año fueron 45, el siguiente 150 y esta navidad han llegado a 200 personas.

Paloma Ascaso, presidenta de la ONG destacaba “la generosidad de muchos donantes hace posible ofrecer una cena para personas que no tienen ninguna posibilidad. Se trata de un proyecto solidario llamado Navidad para todos, ¡de ti depende!, del que se benefician más de 2.000 familias en riesgo de exclusión social de la Comunidad de Madrid”.

Unas voluntarias preparando la cena navideña en la parroquia de san Ramón Nonato.

La verdadera caridad no es vergonzante, ni triste, ni pobretona, por eso, la sala de la cena de Navidad está decorada con guirnaldas y manteles rojos y dorados, las copas son de cristal y lo primero que llama la atención a todo el que entra es el aperitivo que ya está listo sobre las mesas, compuesto por langostinos y embutidos variados. De verdadera fiesta.

Después de la cena, los voluntarios repartieron regalos a todos los niños presentes y la celebración se fue animando a ritmo de villancicos, para acabar con la tradicional Misa de Gallo.

El cuidado de los enfermos, los necesitados o los perseguidos siempre ha sido signo distintivo de la Iglesia. Sin embargo, gracias a la revolución de la caridad que está suponiendo el Pontificado de Francisco, la responsabilidad personal de ayudar al prójimo ha pasado de ser teoría a convertirse en realidad en la vida de muchos cristianos, voluntarios o beneficiarios.

José Manuel Horcajo, párroco de san Ramón Nonato.

“Nochebuena en Vallecas”

Artículo publicado en Alfa y Omega

Desde hace tres años, en la parroquia cenamos en Nochebuena con los pobres. El primer año que lo hicimos le dije a mis padres: «Este año no puedo cenar en Nochebuena con la familia, porque voy a invitar a los pobres del barrio a cenar». «Lo que faltaba –decía disgustada mi madre–, ahora ya ni vienes en Navidad». Ciertamente es una fecha muy familiar y entrañable. Pero por eso mismo me convencí de que debía cenar con la familia que Dios me había regalado: mis queridos pobres. El primer año fuimos 45, y el año pasado llegamos a ser 150 personas. Nos ayuda la ONG Avanza.

«Hacía muchos años que no cenaba en Navidad con nadie. Sois mi familia»

Recuerdo que el primer año me senté con un anciano que nos contaba cómo le había abandonado toda su familia y vivía solo en una habitación. Se le escapaban las lágrimas: «Hacía muchos años que no cenaba en Navidad con nadie. Sois mi familia». Al otro lado de mi mesa había una chica joven con su bebé de meses. Estaba sola porque su novio los había dejado y estaba muy triste. Nos iba contando lo mal que la había tratado su novio: ni siquiera fue al hospital cuando nació su bebé. Pero allí estaba ella, asombrada, viendo lo bien decorado del salón y la excelente comida. Parecía un restaurante de primera categoría.

Otro año, una familia de nuestra Cáritas pidió venir a cenar porque tenían a su bebé en la UVI. No querían estar solos esa noche. Sería demasiado triste

Otro año, una familia de nuestra Cáritas pidió venir a cenar porque tenían a su bebé en la UVI. No querían estar solos esa noche. Sería demasiado triste. Todos nos encargamos de que pasaran una feliz noche a pesar de no poder estar con su hija de tres meses. Al final de la cena, se reparten regalos a los niños, cantamos villancicos y pasamos al templo para celebrar la Misa de Gallo. Verdaderamente estamos en el portal de Belén. No sé cuántos seremos este año. Seguro que los que Dios quiera.

José Manuel Horcajo
Párroco de San Ramón Nonato