África, más allá del ébola

El ingeniero vigués Manuel Lago promueve en Costa de Marfil el centro médico social Walé, que atiende a personas con escasos recursos y a más de 2.500 afectados de Sida. Reportaje publicado en el Faro de Vigo.

Foto: Ismael Martínez Sánchez

“Los pacientes pobres solo van al hospital cuando la situación es verdaderamente grave, y en los pueblos y aldeas cuando ya es irreversible”. Así resume Manuel Lago el drama de las clases más desfavorecidas en Costa de Marfil, país al que llegó hace 35 años. Para buscar una solución a esos problemas sanitarios ligados a la pobreza este ingeniero naval vigués fue uno de los promotores del Centro Médico y Social Walé, que presta sus servicios en los barrios más modestos de Yamusukro, capital oficial del país, y en la aldea de Toumbokro.

Durante el pasado año se realizaron en Walé más de 30.000 consultas y 44.000 análisis, y en la actualidad atienden en el centro médico a 2.656 enfermos de VIH Sida. “Hemos tenido una alarma de una paciente cuyos síntomas hacían sospechar que fuese un caso de ébola, pero afortunadamente fue una falsa alarma. De hecho, el ébola no ha afectado Costa de Marfil”, comenta Lago. Otro dato significativo es que el 80 por ciento de los pacientes son mujeres y niños.

Una madre con su hijo en el Centro Médico y Social Walé. Foto: Ismael Martínez Sánchez

Explica Manuel Lago que la idea surgió “ante el drama que supone para la población pobre el acceso a la sanidad: pocos establecimientos, atención insuficiente y costes, aunque moderados, prohibitivos para gran parte de la población”. Y es que en las ciudades de Costa de Marfil hay hospitales, pero en general son insuficientes para atender correctamente a los numerosos enfermos. “Además, y quizá es lo más grave, las consultas no son gratuitas y las medicinas y material sanitario (vendas, gasas, anestesia, etc.) deben ser comprados por los propios pacientes”, añade.

Manuel Lago, que lleva 35 años en Costa de Marfil. Foto: Ismael Martínez Sánchez

Junto con un grupo de médicos, Manuel Lago impulsó la creación de Walé, un centro de atención primaria y de formación sanitaria que se puso en marcha el año 2004. “Nuestro objetivo es dar una atención médica primaria de calidad a unos precios muy reducidos. Además, procuramos facilitar las medicinas necesarias a los mejores precios posibles”, explica este ingeniero vigués miembro del Opus Dei.

Walé cuenta además con un dispensario en la aldea de Toumbokro, situada a 28 kilómetros de Yamusukro, que es la capital oficial del país aunque el Gobierno se encuentra en Abiyán. En el dispensario, los precios de atención a los pacientes son prácticamente simbólicos. Como es lógico, la actividad de Walé resulta deficitaria, por lo que la asociación que lo promueve, AIFUP (Association Ivoirienne pour la Formation Universitaire et Professionnelle), busca en Europa subvenciones oficiales y donaciones de particulares que aseguren la continuidad del proyecto. “Paradójicamente son más fáciles de obtener ayudas para la adquisición de nuevos equipos que para el propio funcionamiento del centro médico”, comenta Manuel Lago, que facilita su correo –lagopmanuel@gmail.com– “porque toda ayuda que recibamos será bien recibida”.

Pacientes en el dispensario de Toumbokro. Foto: Ismael Martínez Sánchez

Junto con la atención sanitaria, otro de los objetivos de Walé es reducir los riesgos de la automedicación, así como proporcionar a los pacientes una educación en materia de nutrición y prevención de enfermedades derivadas de una higiene deficiente.

Paralelamente al número de pacientes, con el paso de los años también ha ido creciendo el prestigio del centro médico entre la población más necesitada. “Un día –relata Manuel Lago– apareció un taxi que traía un chico de unos 20 años desvanecido. Imposible saber quién era. El taxista nos dijo que unas personas lo habían encontrado desvanecido en la calle y le dijeron que lo trajera a Walé, pagándole la carrera; buenos samaritanos que, como todo el mundo en Yamusukro, sabían que Walé haría lo imposible por salvar la vida del paciente. El médico que lo recibió diagnosticó rápidamente una situación urgente de peritonitis. Había que intentar localizar a la familia y enviarlo a un hospital donde pudiesen operarlo. Se le puso bajo perfusión, se trató de estabilizar las constantes clínicas y, cuando recuperó un poco el conocimiento, se le preguntó si había un número de teléfono al que se pudiera llamar. Dio el número del móvil de su padre, pero no contestaba. Lo llevamos a una clínica con quirófano, donde se le operó a cargo de Walé y se le salvó la vida.

Por fin dimos con su padre: era un agricultor que estaba en el campo, fuera de cobertura telefónica, y que solo llamó cuando volvió a casa por la tarde. Cuando se le comunicó que su hijo estaba ya operado, se quedó lógicamente muy agradecido y se comprometió a ir pagando los gastos de la operación poco a poco, cosa que ha ido haciendo en la medida de sus escasas posibilidades”.

Un hombre albino. Foto: Ismael Martínez Sánchez

Una anécdota que refleja las necesidades del país y la dignidad de las personas que acuden a las consultas. Porque, como señala Manuel Lago, “sea cual sea su situación económica, en Walé el paciente es siempre una persona que necesita comprensión, afecto y respeto”.

Faro de Vigo: África, más allá del ébola (PDF)

África, más allá del ébola from Opus Dei

Más información

- Entrevista a Manuel Lago: "Las represalias aquí son de una crueldad inimaginable" (Faro de Vigo)

- Memoria del Centro Médico Social Walé (Harambee)

- Doctora Abou Tetitia, del Centro Médico Social Walé (vídeo, con motivo de la estancia del Prelado en Costa de Marfil en 2011)

J.A. Otero Ricart

Faro de Vigo