San Pablo: Vivir en Cristo

San Pablo padeció muchas tribulaciones en su predicación apostólica. Pero pronto descubrió que era ése el camino que Cristo había escogido para él. Así lo narra en este vídeo el profesor John Wauck, de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz.

"Tres veces fui azotado con varas; una vez fui apedreado; tres veces naufragué; un día y una noche las pasé en mar abierto. En numerosos viajes sufrí peligros de ríos; peligros de salteadores; peligros entre los de mi pueblo; y peligros entre los gentiles…" 2 Corintios 11, 25-26

En la segunda carta a los Corintios, San Pablo habla sobre los sufrimientos que padece por Cristo. Habla de sus naufragios, de los azotes que recibió, de sus encuentros con ladrones, de cuando fue apedreado y encarcelado… Es decir, sufrió enormes pruebas y tribulaciones durante su predicación. Es una parte importante de su vida, que para entenderla bien, tenemos que verla a la luz del suceso más importante de la vida de San Pablo: su conversión camino de Damasco. Fue ahí cuando oyó una voz que decía: "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?" y Pablo dijo: "¿Quién eres tú?" Y la Voz respondió: "Yo soy Jesús, a quien tú persigues". En esa respuesta, vemos que Jesucristo se identifica con sus seguidores, con los primeros cristianos. 

Vemos que el corazón de Pablo entiende el significado de su propio sufrimiento. Ve que los cristianos, allí donde se encuentren, se identifican con Cristo, forman parte del cuerpo de Cristo. Esta es una realidad para todos los cristianos, y también para Pablo.

Entonces se da cuenta de que está viviendo su vida en Cristo. No sólo su vida, sino también sus sufrimientos los está padeciendo en Cristo. Así, llega a la conclusión de que, en él mismo, en sus propios sufrimientos, es Cristo quien está sufriendo. Y llega a decir: "Estoy crucificado con Cristo". Y también: "Completo en mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo, para bien de su Cuerpo, que es la Iglesia". Es decir, sus sufrimientos forman parte de su propia misión el mundo, pero también pertenecen a la misión redentora de Cristo. 

Parte de la salvación de la Humanidad depende de su participación en ese sufrimiento. Eso es cierto en la vida de San Pablo, y también en la de cada cristiano. El mismo San Pablo dice a los primeros cristianos que también ellos deberán salvarse a través de pruebas y tribulaciones. 

Y esto nos recuerda que cargar con la Cruz es fundamental en nuestra vocación, en nuestra misión como cristianos en el mundo.


Vídeo publicado en 2008 con motivo del Año Paulino. El Año Paulino fue un jubileo convocado por el papa Benedicto XVI en conmemoración del bimilenario del nacimiento del apóstol Pablo de Tarso. Se celebró entre el 28 de junio de 2008 y el 29 de junio de 2009. Tuvo un marcado carácter ecuménico, según los deseos del pontífice.