50 años de la Residencia Universitaria Latinoamericana

Más de un centenar de egresadas de la RUL se dieron cita en la Ciudad de México para celebrar el 50 aniversario de la Residencia el pasado mes de octubre.

Antiguas residentes de la RUL

Cincuenta años no se celebran todos los días. Y si quien los celebra es una residencia universitaria, es una buena razón para convocar una magna reunión con quienes han pasado algunos años de su vida bajo el mismo techo, compartiendo ilusiones, penas y alegrías, más aprobados que suspensos y tantas cosas buenas.

Más de un centenar de egresadas de la Residencia Universitaria Latinoamericana (RUL), provenientes de diversos puntos de la geografía mexicana, se dieron cita los días 13 y 14 de octubre para celebrar el 50 aniversario de la Residencia. El festejo comenzó con la Santa Misa. Continuó con la conferencia que dictó la Lic. María Llano de Orozco, titulada: Las tendencias de la cultura actual en relación a la mujer. Análisis, logros y retos de la mujer. Después hubo canciones interpretadas por las actuales residentes, y la representación de una obra de teatro. Y por supuesto, hablar y recordar épocas pasadas, actualizar e intercambiar direcciones y hacer planes para futuras reuniones.

Pocos días después, el Arzobispo de la Ciudad de México, Cardenal Norberto Rivera, acudió a la Residencia como parte de las celebraciones del 50 aniversario. Presidió la solemne Concelebración Eucarística y tuvo un encuentro muy animado con las residentes y otras jóvenes que acuden al centro universitario.

Con el impulso del beato Josemaría, la RUL inició sus actividades en la Ciudad de México a mediados de 1950, en un pequeño chalet ubicado en la calle de Copenhague, con capacidad para una decena de estudiantes. Provenían de diversas localidades del interior del país para realizar estudios superiores. Allí encontraban no sólo un lugar para hospedarse sino también un ambiente acogedor como el que habían dejado en sus lugares de origen, el mismo que se puede respirar en una familia cristiana.

Cuando el edificio de la calle de Copenhague resultó insuficiente, la Residencia se trasladó a la calle de Orizaba de la que también adoptó el nombre. La actual denominación la recibió al trasladarse en 1969 a su sede definitiva compuesta por instalaciones construidas de nueva planta para albergar a 110 universitarias. Desde hace años es corriente la llegada de universitarias provenientes de otros países. La finalidad permaneció siempre igual, la de completar su formación humana, cultural y cristiana a las jóvenes universitarias.

En mayo de 1970 el fundador del Opus Dei visitó la Residencia y sostuvo encuentros con diversos grupos de mujeres de distintas edades y ambientes, incluidas las que entonces eran residentes. Escuchó con atención sus preguntas y respondió a ellas con su habitual estilo vivo, optimista y lleno del sentido sobrenatural que le era propio. Las participantes en el festejo que tuvo lugar para conmemorar el 50 aniversario evocaron recuerdos de esa reunión con el beato Josemaría. La Dra. Rebeca Reynaud, quien estuvo presente en aquella ocasión, comentó que ese encuentro dejó en su vida una huella indeleble: la inquietud de buscar a Dios a través de las cosas ordinarias de cada día.