Sacerdote tico celebra su primera misa solemne

San José, 24 de abril del 2021. Este sábado 24 de abril, el recién ordenado sacerdote costarricense Andrés Montero Marín, sacerdote del clero de la Prelatura del Opus Dei, celebró su primera Misa solemne en la Iglesia de Guadalupe, en San José (Costa Rica). Lo acompañaron sus padres y hermanos, familiares, sacerdotes, amigos y fieles de la Prelatura.

El padre Andrés se ordenó el pasado 5 de septiembre del 2020, en la Basílica de San Eugenio en Roma junto con otros 28 jóvenes de todo el mundo. Su ordenación sacerdotal estaba prevista que fuera 6 meses antes, pero debió de ser postergada por la aparición del Covid y el inicio de la Pandemia.

A la misa solemne asistieron casi dos centenares de personas, que se unieron -cumpliendo con todos los protocolos de bioseguridad- con mucha alegría a la celebración de este nuevo sacerdote. Muchos que conocían al P. Andrés les hubiera gustado asistir y acompañarlo, pero no fue posible por el espacio más reducido y por el agravamiento de la situación de la Pandemia. No fue posible la tradicional ceremonia del besamanos, pero el Padre Andrés personalmente repartió un pequeño y significativo recuerdo a quienes se le acercaron haciendo la respectiva fila.

Monseñor Luis Baura, anterior Vicario Regional del Opus Dei en Costa Rica, se encargó de la homilía. Centró el tema en la Eucaristía y administración de los sacramentos, y aprovechó para comentar algunas anécdotas del padre Andrés de cuando era un niño y adolescente en el Colegio La Salle, de sus años en el Club Kamuk, de cuando cursaba la carrera de Derecho en la Universidad de Costa Rica y sus estudios de licenciatura y doctorado en Roma y España.

Mons. Baura mencionó, además, la gran alegría que significa en la Iglesia un nuevo sacerdote. Al mismo tiempo recordó la responsabilidad de todos los fieles de rezar para que surjan nuevas vocaciones sacerdotales y por la santidad de los sacerdotes.

Esta misa solemne, en medio de unos tiempos difíciles para toda la humanidad, fue sin duda un momento de gozo y acción de gracias, una bocanada de oxígeno.