Encuentro nacional virtual

El encuentro nacional de bachilleres, sobre la amistad y la solidaridad, contó con más de 70 participantes inscritas, con niñas desde los 12 años y de varias ciudades del país.

Por Sara Serrano y Aura Arroyo

Todos los años realizamos un encuentro nacional de clubes un proyecto de ocho días de duración dirigido a las jóvenes que participan en los medios de formación de los Clubes Juveniles, cuyas actividades cuentan con la orientación cristiana del Opus Dei en el país. Este año no podía ser la excepción, de manera que lo hicimos virtual. Contamos con la participación de niñas desde los 12 años, quienes con ilusión invitaron a más amigas, hasta llegar a más de 70 participantes inscritas. Una de las niñas agradeció la idea hacer esta actividad virtual pues, de lo contrario, probablemente, ella no hubiera podido participar.

El lema del encuentro fue amistad y solidaridad, que se desarrolló entre el primero y el tres de julio. Los temas y las actividades favorecieron la participación, en especial de las más pequeñas quienes no dudaban en prender la cámara. Con su sencillez y espontaneidad, conquistaron a las más grandes - y más tímidas también - para que hicieran lo mismo.

El primer día profundizamos en la amistad con Jesús. Las dividimos en grupos para que de manera creativa se presentaran, a través de un muro virtual. Muchas pusieron sus talentos, los deportes que practican, sus aficiones, lo cual sirvió para que otras se plantearan cómo aprovechar mejor el tiempo libre. Juliana comentó que le había servido comparar cuánto conocía a sus amigas y cuánto conoce a Jesús, para darse cuenta de que su amistad con Él puede crecer. Otras comentaron que les había servido considerar que Jesús fue humano como nosotros, que siente y nos entiende.

El segundo día fue más intenso. Después de una charla virtual con el sacerdote, tuvimos una sesión sobre la amistad conmigo misma y un test de personalidad, todo les sirvió para aceptarse y conocerse mejor. Con una invitada de México tuvimos una sesión sobre “Los siete pilares de la amistad” y cómo ser mejores amigas de nuestras amigas.

El último día, después de la meditación, en grupos desarrollamos una actividad creativa: construir un títere de papel, para representar un personaje de un cuento. Luego, grabamos un video con las historias para enviarlas a fundaciones de niños en distintas ciudades. Valentina se ofreció a editar el video, creó a varios personajes que hacían falta, entre ellos al narrador, que tenía parlamentos largos. ¡Nos sorprendió a todas porque hizo un gran papel! Definitivamente, “las pantallas” potencian la participación de las más tímidas.

En el cierre del encuentro algunas comentaron que se sentían felices porque se cumplieron sus expectativas de la convivencia: crecer en amistad con Jesús, aprender a ser mejor amiga, hacer nuevas amigas, ayudar a otros. “No solo aprendimos de la amistad, sino que la vivimos”.

También les sirvió conocer niñas de otras ciudades que van a medios de formación y viven situaciones similares a las suyas. Con esta consideración, cerramos el encuentro animándolas a sentirse parte de algo grande, pues son muchas las niñas y jóvenes en el mundo entero que participan de estas actividades y que quieren acercarse cada vez más a Jesús y a los demás.

Sara Serrano y Aura Arroyo