Queridos hermanos y hermanas:
Jesus se conmovió al ver a la multitud que estaba extenuada y hambrienta y salió a su encuentro para socorrerla. No solamente se preocupó de los que lo seguían sino que desesaba que sus discipulos se comprometieran en auxiliar al pueblo mandándoles: "Dadles vosotros de comer”. La bendición de Jesús sobre los cinco panes y dos peces anuncia de antemano la Eucaristía de la que el cristiano se alimenta y de la que saca fuerzas para la vida. La Eucaristía nos va transformando en cuerpo de Cristo y en alimento para nuestros hermanos. Jesús desea que su alimento llegue a todos y que sus discípulos que somos nosotros sean los que lo entreguen a los demás. Jesus nos ha enseñado el camino a seguir y nos manda que seamos nosotros quienes lo llevemos a los demás, a Él que es alimento que sacia y da vida y crea unidad y comunión. Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular, a los venidos de España y Latinoamerica.
Los invito a alimentarse constamente de la Eucaristía para ser a su vez alimento para los demás e instrumento de comunión en la familia, en el trabajo, en el ámbito donde viven siendo testigos de la misericordia y de la ternura de Dios. Muchas gracias.