"Allí es donde encuentro al Señor, en el servicio a los demás, especialmente al más necesitado"

Entrevista a Ilva Alfonso de Guevara, supernumeraria del Opus Dei que trabaja actualmente en el Insituto de la Familia de la Universidad de La Sabana. Pertenece a la Prelatura desde hace 21 años.

¿Cómo es su vida en el Opus Dei?

R/ Es una vida muy, muy feliz, porque a través de mi esposo, Fernando; mis hijas, María Lucía y Laura María; mi familia, y en todas las personas que me rodean y en las cosas sencillas, de la vida, he encontrado al Señor. Ésta es la vocación al Opus Dei.

En la obra todos somos hormiguitas, que trabajamos siendo instrumentos del Señor, para ser sus apóstoles y ayudarle a que muchas personas le conozcan y sean muy felices, como lo somos los fieles de la Prelatura.

¿Cómo cambió su vida desde que pertenece a la Prelatura?

R/ Mi vida dio un giro de 180 grados, porque aprendí a servir al Señor, a conocer mi fe, y saber que a través de todo lo que yo haga voy encontrando la santidad; realmente la vida adquiere una dimensión que te enamora cada vez más del Señor. San Josemaría me ha enseñado que la vida de cada uno de nosotros no debe ser estéril, que debemos ser útiles, dejar huella en cada actuación de la vida, y que siempre, siempre pueda hacer el bien.

¿Cómo combina su trabajo y sus demás ocupaciones con su entrega en el Opus Dei?

R/ He aprendido que para poder hacer las cosas como Dios quiere, lo principal es contar con Él, contándole qué vas a hacer, con quién vas a hablar, cómo debes hablarle, qué proyectos tienes en tu vida familiar, o en tu vida laboral, y no sé por qué, pero cuando habló con el Señor, las cosas salen mejor de lo que pensaba, y me doy cuenta de lo que el Señor quiere que haga; así puedo combinar mi trabajo y mis obl gaciones como esposa, madre, hija, hermana, amiga, así se vive la entrega en el Opus Dei, en las cosas sencillas de cada día.

¿Es feliz? ¿Por qué?

R/ Sí, soy muy feliz de tener al señor conduciendo mi vida, y de tener a mi esposo, mis hijas y a la familia del Opus Dei. Cuando descubro que poniendo un granito de arena para hacerle la vida feliz, a través del servicio, a quienes me rodean, soy feliz, porque allí es donde encuentro al señor, en el servicio a los demás, especialmente al más necesitado.