Relato "en terreno" desde el cerro La Cruz en Valparaíso.

Juan Pablo Castro tiene 23 años, y está en quinto año de Derecho en la Universidad de los Andes. Al enterarse de la destrucción causada por el incendio en Valparaíso, no dudó en partir junto a un grupo de amigos al lugar. Allí se encontró con Pamela Valencia. Este es su relato.

Juan Pablo Castro es supernumerario del Opus Dei. Aquí, junto a Pamela.

“Pamela Valencia es dirigente vecinal y nos cuenta que toda su familia vivía en el cerro la Cruz , perdiéndolo todo. Lo único que salvaron fue una escultura que tenían en el sector del comedor. Estaban ahorrando para un auto pero claramente las prioridades han cambiado.

Hombres, mujeres, ancianos y niños, jóvenes y no tan jóvenes. Todos se conocen y la señora Pamela nos puede nombrar cada familia del cerro la Cruz sin problemas. Además, sabe de sus necesidades y en qué situación se encontraban al momento del incendio.

Juan Pablo es supernumerario del Opus Dei y cursa quinto año en la carrera de Derecho.

Al llevarnos a su casa vemos con nuestros propios ojos cómo perdieron absolutamente todo. Sobre su hermana nos cuenta que tenía todos sus trabajos en el computador, que se derritió completamente. En vez, sólo quedan las murallas.

Ahora, una de las tareas urgentes es remover los escombros

Cuesta creer que muchas construcciones tenían segundo piso. Ya no hay fuego pero aún se ven brasas y humo saliendo de otras casas. Pamela dice estar cansada pero igual ríe con nosotros y recibe llamadas de los vecinos que necesitan atención. Al contestar el teléfono les dice a todos que da gracias a Dios por la ayuda que ha recibido. Ella sabe que va a salir adelante, pero le preocupan mucho sus vecinos y su madre. No va a dejar de trabajar por esto y nosotros estaremos con ella toda la semana.

Se ven muchos jóvenes recorriendo el cerro y están todos dispuestos a hacer lo que se les pida. Anoche estuvimos en el cerro Ramaditas hasta tarde repartiendo chales. La gente los necesitan porque están bajando las temperaturas. En agradecimiento, nos sirven café y galletas. Ahora, en lo que más se requiere concentrar los esfuerzos es en la remoción de escombros y la salud de las personas.

La sensación de estar acá es de mucha pena y dolor pero a la vez de gran esperanza, pues estamos confiados en que se saldrá adelante” .