«¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!» exclama Isabel al recibir la visita de la Madre de Dios.
Esta bienaventuranza ha resonado en el seno de la Iglesia a lo largo de los siglos como un reconocimiento de la grandeza de la fe de la Virgen María.
Y en Chile queremos una vez más, adornar un altar con flores y rezar en familia, o en el colegio, o desde la oficina, la oración compuesta por Monseñor Rodolfo Vergara.
Su estructura, una especie de prosa poética incluida la métrica, facilita retenerlas desde niños en la memoria y explica que los chilenos la recemos con fidelidad.
Fue el Rector del Seminario Pontificio en Santiago de Chile , Monseñor Joaquín Larraín, quien señaló la manera de prepararse a la definición del dogma de la Inmaculada Concepción en 1854.
Es probable que él conociera la costumbre europea y ubicó la celebración del Mes de María desde el 8 de noviembre al 8 de diciembre como manera de dirigirse a la Virgen.