La primera iglesia dedicada al beato Álvaro, en Ecuador

La primera parroquia dedicada al beato Álvaro se está construyendo en Guayaquil (Ecuador). El barrio en el que se encuentra el templo está formado en su mayoría por viviendas populares.

A finales de los años 80 se construyó en Guayaquil la Avenida Perimetral, una obra muy importante para el urbanismo de la ciudad. Un efecto no buscado fueron las edificaciones improvisadas en lugares que hasta entonces habían estado sin acceso: actualmente, en esa parte de la ciudad viven actualmente más de medio millón de personas. En esa zona, el Gobierno ecuatoriano comenzó hace pocos años un plan de viviendas populares que llamó “Socio Vivienda”.

En un cerro que domina ese barrio, se inició no hace mucho tiempo una capilla en honor al Beato Álvaro, que en septiembre de 2015 se erigió en parroquia. El obispo donó el templete usado durante la misa campal que ofreció el Papa Francisco en su viaje a Guayaquil, el 6 de julio del 2015, por lo que ya se cuenta con un techo, pero faltan las paredes y el cerramiento.

El párroco Douglas Bohórquez cuenta como está naciendo la parroquia: “Ya hay un grupo de laicos que se encargan de la catequesis y de animar a los habitantes del lugar a atender a las actividades; además, preparan y venden comida para solventar ciertos gastos de la parroquia. Hasta ahora han logrado comprar sillas de plástico que transportan desde una casa cercana, que los jóvenes llevan haciendo una pila sobre la cabeza antes y después de cada Misa”.

Para dar a conocer a la parroquia se ha realizado un cuadro con la imagen del beato y se reparten pósteres para instalar en los pórticos de las casas. Unas 400 personas asisten a la misa del domingo, y las confesiones son abundantes. La devoción a don Álvaro va creciendo cada día más. Se está convirtiendo en una verdadera tradición la de hacer novenas, llevando la imagen del beato Álvaro a cada casa.

Varios fieles han encontrado en la figura del nuevo beato un amigo al que pedirle cosas. La gente está asombrada de la cantidad de favores que se obtienen: conseguir trabajo, recuperar las cosas perdidas, quedarse embarazada después de mucho tiempo, etcétera.

“La respuesta ha sido muy buena. La comunidad participa de cada actividad que hacemos - resalta el padre Bohórquez-. Ya se han celebrado las primeras comuniones y el primer matrimonio”.