El seminario comenzó al mediodía del sábado en el living de la Residencia Alborada. Sobre la testera junto a la que se encontraba el primer expositor, destacaba una foto del Papa Juan Pablo II, conseguida para la ocasión, que contiene un pedazo de la tela de su sotana –regalo del secretario del Pontífice al Prelado del Opus Dei, Mons. Javier Echevarría– que ya al día siguiente, al momento de la Beatificación, se convertiría en reliquia.
A lo largo de la jornada, se sucedieron las actividades en torno a la figura de Juan Pablo II. Abrió el día la conferencia dictada por el profesor Antonio Amado, catedrático de Filosofía de la Universidad de los Andes, quien habló acerca del Magisterio papal, destacando especialmente la importancia central de la idea del hombre redimido por Cristo y liberado de la esclavitud a la que se vio postrado por el pecado original.
Después de almuerzo, hubo una tertulia con videos y recuerdos de la venida del Sumo Pontífice a Chile, a cargo de Cristóbal Orrego, profesor y doctor en Derecho, quien presenció varios de esos acontecimientos. En el momento culminante de la sesión, el profesor mostró un video con un extracto del discurso del Papa a los jóvenes en el Estadio Nacional, cuya fuerza dejó impresionados a todos los asistentes, quienes comenzaban a vislumbrar no sólo la sencilla profundidad del mensaje del Papa, sino que también el influjo de su paso por nuestro país, y la huella indeleble que había dejado.
Tras la tertulia empezó la sesión de cine: “Karol: el hombre que llegó a Papa”, al término de la cual se dio inicio a un cine-foro, dirigido por José Miguel Armendáriz, periodista y licenciado en Filosofía. Comenzó entonces un diálogo interesante del que afloraron más anécdotas sobre la vida del Santo Padre y su relación con la Obra, especialmente con Mons. Álvaro del Portillo, primer sucesor de San Josemaría. Además, aprovechando la ocasión, el expositor repartió a todos estampas con la oración a Juan Pablo II.
Ya eran casi las siete de la tarde. Había sido un día intenso recordando a un Papa que para muchos de los presentes, había sido el primer Papa que habían conocido en su vida.
Para los 45 asistentes, entre residentes y amigos universitarios, fue una muy buena preparación para vivir a fondo la Beatificación de un gran Papa, por lo que ya sólo quedaba levantarse temprano en la madrugada para seguir en vivo las transmisiones desde el Vaticano...