Hacer las cosas bien

​Era la víspera de Año Nuevo, el 31/12/13, a las 2:15 de la tarde, Elena estaba planchando un mantel de mesa con una prensa de aproximadamente 1,5 metro de ancho, es una plancha profesional.

Era la víspera de Año Nuevo, el 31/12/13, a las 2:15 de la tarde, Elena estaba planchando un mantel de mesa con una prensa de aproximadamente 1,5 metro de ancho, es una plancha profesional.

Pidió ayuda a Nancy para ayudarle a quitar el mantel de la prensa, porque era grande y resbaladizo, y así terminar el trabajo por ese día.

En ese momento, no se dio cuenta de que tenía la mano derecha sobre el mantel, presionando los dos botones que hacen bajar la prensa caliente. La prensa apretó sus cuatro dedos de inmediato. Ella gritó y pudo liberarlos inmediatamente.

Normalmente sólo una persona se encarga de utilizar esta prensa y, como es necesario usar ambas manos para presionar los botones, se evitan accidentes.

A continuación, Olguita, que trabaja en la lavandería, corrió en busca de agua y hielo. Elena sumergió su mano en el agua helada, mientras comenzó a pedir sin parar: Dora, ayúdame. En ese momento era incapaz de leer o recordar la oración de la estampa.

En el coche, de camino al hospital, seguía con la mano sumergida en el hielo, y trataba de leer la oración a Dora. Estaba en estado de shock y con un terrible dolor, de a poco se fue tranquilizando, al tiempo que rezaba a Dora sin parar.

Exactamente a la media hora, eran las 3:00 pm, llegó a la Sala de Emergencias. Elena seguía con su mano en el agua helada, llevaba ya casi una hora completa. La enfermera dijo que eso había sido muy bueno para la quemadura y que vendría el médico experto en quemaduras a examinarla. Cuando entró dijo que tendría que hacer una incisión en la zona de piel quemada. Al hacerla le preguntó a Elena si podía sentirlo, y ella dijo: "No, yo no siento nada". El doctor la miró y comentó que no era una buena señal. Hasta aquí habían transcurrido tres horas en el Milton ER. Eran las 6pm.

Entonces trasladaron inmediatamente en ambulancia a Elena al Hospital General de Massachusetts para que un cirujano experto en quemaduras pudiera verla en la Sala de Emergencias. Por ser la víspera de Año Nuevo había mucho tráfico.

A las 6:30 pm Elena llegó a Emergencias del Hospital de Massachusetts. Tuvo que esperar cuatro horas y media para su turno. Durante ese tiempo no podía tomar agua, ni ningún alimento, por si la tenían que someter a una cirugía inmediatamente.

A las 11:00 pm una enfermera llevó a Elena para entrar en una pequeña sala de reconocimiento.

El doctor explicó que la quemadura era muy profunda y que aún ardía. Se trataba de una quemadura de tercer grado. Por lo que Elena tendría que quedarse en el hospital esa noche.

Luego la enfermera limpió y curó la herida, vendó cada dedo y dijo que el dedo pequeño estaba a salvo. Pero los otros tres dedos estaban en peligro, porque los tendones probablemente se habían dañado y podrían perderse por completo.

A las 11:30 pm subió en silla de ruedas a la habitación que, para su sorpresa, era individual, muy bonita y tranquila.

Un doctor la revisó y advirtió que corría peligro de que los tendones se hubieran dañado y no podría utilizar la mano. “Sé lo importante que son sus manos", agregó y Elena dijo: "Sí, por favor, salve mi mano". También explicó que ella necesitaría fisioterapia durante muchas semanas. La cirugía sería el viernes 03/01/14.

Elena siguió rezando la oración de la estampa a Dora, la mantuvo bajo su mano quemada todo el tiempo. Muchas personas en todo el país rezaban a Dora por Elena y en Nigeria comenzaron una novena por esta intención. Julia, que también trabaja con Elena en Arnold Hall, fue directamente al Oratorio después del accidente y rezó nueve veces la oración de la estampa a Dora, pidiendo un milagro. También le llevaron una estampa de Dora con reliquia.

El día de la cirugía, Elena regresó a su habitación en condiciones óptimas. Incluso pudo hablar con el cirujano. El doctor le explicó que la cirugía había salido muy bien, y la quemadura no había llegado a los tendones. Exactamente lo que habíamos pedido a Dora al rezar la oración de la estampa.

El 8 de enero dieron el alta médica a Elena y pudo regresar a casa. El 13 Elena fue al hospital para una revisión de las heridas. Al quitarle las vendas, la enfermera dijo que estaba totalmente curada, no tendría que recibir fisioterapia, solo le sugirió hacer unos ejercicios en casa. A las dos semanas estaba totalmente recuperada.

Este es el milagro de Dora, justo lo que le estábamos pidiendo: que se salvara su mano derecha. Elena dice que a Dora le gusta hacer las cosas bien y eso es lo que ha hecho: bien y rápido, que era otra de las características de Dora.

J. C. (Estados Unidos)