Hace tiempo mi sobrino huérfano se enfermó de meningitis. Quedó en coma y renuncié a mi trabajo para cuidarlo día y noche. Le pedí a san Josemaría que me ayudara a reinsentarme laboralmente, pero en un lugar donde respetaran mi fe. Entré en un colegio. Mi sobrino, ya recuperado, ha vuelto a la universidad. Gracias Señor, gracias san Josemaría.
G. A., Argentina