Recuerdos de san Josemaría: “Era un hombre que se emocionaba mucho”

Juana Feliú y su hijo Mariano conocieron a san Josemaría cuando viajó a la Argentina. Ella había enviudado cuatro años antes y quedó sola con sus nueve hijos e hijas. Él, ahora sacerdote del Opus Dei, fue uno de los encargados de fotografiar toda la estadía y vivir esos días muy cerca del fundador del Opus Dei. Sus recuerdos acerca de este hombre santo que los impactó con su paz y su “capacidad de querer”.

¿Cuándo conocieron a san Josemaría?

Juani: Cuando vino a la Argentina en 1974, tuve la suerte de hablar con él dos veces, además de verlo en los encuentros multitudinarios. La primera vez fue el 13 de junio, en La Chacra, la casa en San Miguel donde se hospedó esos 21 días. La segunda, en un encuentro general en el teatro San Martín.

P. Mariano: Lo conocí en Roma, en 1973, cuando viajé para el Encuentro para la Cooperación Universitaria, que ahora es el UNIV; fuimos alrededor de 20 pibes de Argentina. Hasta ese momento nunca había escuchado su voz. Era todo por fotos y escritos. Y ahí lo saludé entre un montón de personas, pero no pude hablar con él. Y después, cuando vino a la Argentina, fui uno de los fotógrafos del viaje, así que estuve bastante tiempo cerca de él.

¿Que recuerdan de ese primer encuentro?

Juani: En mi caso, luego de saludamos, empezó a hablarme de mi marido. Yo había enviudado cuatro años antes y no pude contener el llanto. Entonces me sujetó las manos con mucho cariño, mientras me decía que estaba seguro de que Horacio estaba en el Cielo, porque había sido muy bueno y que desde ahí me iba a ayudar a sacar adelante a mis nueve hijos.

La segunda vez que hablé fue el 26 de junio, en el Coliseo. ¡Tenía tantas cosas para decirle! Allí me recomendó que le tuviese mucha devoción a San José. Que si él había llevado adelante a la familia de Nazareth, también iba a llevar adelante la mía.

P. Mariano: Yo tuve la suerte de coincidir bastante con San Josemaría. Estábamos todo el día en La Chacra. Trabajábamos ahí junto con los que filmaban y grababan. A mí me buscaban bien temprano y me dejaban a las 10 de la noche en casa. Íbamos a San Miguel, comíamos allá, y después nos movíamos de lugar si era necesario. Así que tuve varios encuentros con San Josemaría, algunos fortuitos, otros más fabricados.

Mariano, ¿cómo llegaste a ser “el” fotógrafo?

P. Mariano: A principios del 74 empezó a decirse que san Josemaría vendría a Buenos Aires. Fue ahí cuando Dante Dolzani me contactó para sacar las fotos. Yo desde los 15 años tenía el hobby de las fotografías.

El único profesional del grupo era Hernán Seeber. Era un fotógrafo excelente. Él sacaba con dos Hasselblad y yo con mi cámara y una Leika réflex de Hernán. Éramos seis: Hernán, Dante Dolzani, Javier Llorente -que ahora también es sacerdote-, Alfredo Fragueiro y Carlos Paneda. Uno de nosotros lo único que hacía era sacar con una Zenit que tenía 180 grados de perspectiva. Alfredo sacaba las fotos generales desde arriba. Hernán Seeber, a san Josemaría y algunas a don Álvaro. Después, los que más sacábamos éramos los tres que estábamos abajo. Había uno en el estrado y dos en la platea. Así nos organizamos en los encuentros generales, los del Coliseo y el San Martín. De vez en cuando le sacábamos fotos a san Josemaría, pero teníamos que sacarle más que nada al público. (Ver aparte “La foto del recuerdo”)

Fueron 21 días intensos, y sacamos fotos todos los días. En cada charla usábamos alrededor de dos o tres rollos por máquina, 200 fotos aproximadamente. Yo escuché las charlas a través del lente.

Juani:A mi marido, Horacio, le gustaba mucho sacar fotos, y tenía una Leika 3A de su mamá. Y después, cuando Horacio murió, se la quedó Mariano. Así que tenía los genes, porque, igual que a mi marido, le encanta sacar fotos y saca muy buenas.

¿Qué fue lo que más los impresiono de san Josemaría?

P. Mariano: Lo que más me impresionó de él fue que era un hombre que se emocionaba mucho, se emocionaba fácil. Quizás no lloraba, pero sentía muy fuerte las cosas. Me acuerdo de un encuentro en que casi se le quiebra la voz cuando quiso responder a alguien que le agradeció por haber venido hasta Argentina. Entonces le respondió que era él quien tenía que agradecer y dijo esa frase tan linda: “Hijos míos, gracias, gracias a Dios, gracias a vosotros, y gracias a Santa María de Luján: porque he venido, y porque me iré, pero volveré; y, además, me quedaré”. También en el encuentro del 26 de junio dijo que dejaba su corazón a los pies de Santa Maria de Luján. Y se emocionaba… lo decía en serio. Tenía una gran capacidad de querer. Y de observación: hubo una mujer que le preguntó qué quería dejarle a sus hijos de Argentina y él contesto: “Que os queráis, que sepáis ir del brazo de quien no piensa como vosotros”.

Juani: A mí me llamó la atención lo abierto que era y me sentí como si estuviese con mi papá. Mientras yo lloraba, él me agarro de las manos y no me soltaba. Me confortó, me dio fuerzas en ese momento. Aunque, en realidad, mi papá era asturiano y muy poco cariñoso, pero el Padre no, daba mucha confianza hablar con él.

La foto del recuerdo

Una de las fotos más recordadas de san Josemaría, no solo en Argentina, sino mundialmente, la sacó el padre Mariano. Es en Luján, en la que se lo ve rezando de rodillas, acompañado de Álvaro del Portillo y Javier Echeverría, actual Prelado del Opus Dei. Esa foto recorrió el mundo entero y se usó muchas veces en estampas que recordaban el paso del santo por el país. Cuenta el P. Mariano que fue una casualidad. Él no era el encargado de sacarle fotos a san Josemaría, pero podía hacerlo si quería. En un momento, mientras estaba parado cerca del altar con sus dos máquinas de fotos, tuvo la gran idea de fotografiar ese momento, que ahora quedó cómo la imagen principal de san Josemaría en estas tierras, y es la foto que los argentinos evocan al recordar al Padre en el país.