Me preguntan cuál es el secreto de tanta alegría

Carla Chiaro tiene 20 años, es supernumeraria y ya está en Río viviendo la Jornada Mundial de la Juventud. Pero antes, tuvo la oportunidad de dar su testimonio en el documental “La fe a los 20”, que fue regalado al Papa Francisco. En él, y en esta nota, cuenta cómo vive su vida cotidiana tratando de estar cerca de Dios y de llevarlo a los demás.

Carla vive en Buenos Aires y estudia Derecho. Parece una chica más entre tantas, pero hoy puede decir que tiene algo que la diferencia. Aun viviendo en Argentina y llevando una vida normal, pudo cantarle al Santo Padre, y él puede escucharla cuantas veces quiera. Recientemente apareció en un video que le regalaron al Papa Francisco en el UNIV, un encuentro internacional de estudiantes universitarios en Roma. En él, se muestra a jóvenes de todo el mundo que se animan a vivir su vida con fe, a pesar de que muchas veces pueda parecer difícil.

Es gente que se enamoró, que descubrió una nueva manera de ver el mundo y su propio lugar en él, y a partir de ese encuentro, eligió a Cristo como camino de vida. Como ella misma cuenta: “Conocí el Opus Dei porque mi mamá me propuso ir al club Los Arrayanes cuando era chica. Me encanta la música, y en ese entonces enseñaban comedia musical, así que desde el principio el club me encantó. Crecí y empecé a ir a charlas de formación espiritual. Así fui creciendo en amor a Dios y a la Obra. Me planteé mi vocación al Opus Dei como supernumeraria cuando era muy chica, porque vi cómo ese camino me acercaba a Dios y me hacía feliz”.

Carla (izquierda) en un encuentro de jóvenes

Cuando la llamaron para preguntarte si quería participar del documental, le pareció una buena manera de mostrar a mucha gente de su edad que vivir la vida cotidiana con Dios es posible, y que la fe es parte de una vida normal. “Hablar de Dios se me hace más fácil dependiendo del grado de amistad con cada una. Muchas amigas mías son ateas, evangélicas, agnósticas. Pero la relación de amistad que hay, hace que ellas noten que hay algo adentro mío que me hace feliz, que no es de este mundo. El solo ejemplo muchas veces basta para que se te acerquen con confianza a pedirte consejos de todo tipo, y muchas veces para preguntarte, de manera sutil, cuál es el secreto para tanta alegría”, revela Carla con sencillez.

Carla cantando en una presentación

Apareció en el video mostrando lo que hace, cómo vive… y por eso también aparecen varias de sus amigas, que no podían creer cuando se enteraron de que habían regalado el video al Papa. Fue una sorpresa enorme para todas. Nunca pensaron que eso podía pasarles, y Carla tampoco. Además, la anécdota les sirvió para difundirlo a más gente, para que muchos más también se animen. “Soy tímida y me cuesta vencerme en eso, pero Facebook o Twitter me ayudaron a superarlo un poco”. Y como dice en el documental, con Dios le pasa como con el canto, lo tiene tan dentro de sí que le sale transmitirlo. “Siempre con naturalidad. Sale solo. Hablar de Dios debería salir tan fácil como hablar de ropa, de política o de fiestas. Hay que animarse, con simpleza, a hacerle saber a la gente que hay un Dios, que existe, y que nos ama. Muchas veces no me sale, me cuesta. Uno tiene más o menos ganas de gritarle al mundo lo maravilloso que es Dios dependiendo de cuán cerca esté uno de Él. Hay momentos en los que se disminuye mi vida interior, mi relación con Dios, entonces Dios pasa a un segundo plano y es más difícil hacerles ver a mis amigas, mi novio o mi familia cuál es el sentido de mi vida. Pero es un comenzar y recomenzar. Pedir perdón. Ser sinceras con Dios, con una misma… ser auténtica. Porque siempre una va a caer, porque es humano, pero lo bueno es aprender a levantarse”.

En pocas palabras, y volviendo al video, ¿que sería tener fe? Para Carla, es lo que le da sentido a su vida. Lo que le ayuda a encontrar un “algo más” a todas las cosas que hace: al estudio, a tomarse un “bondi”, a escuchar música, a cantar. Con la fe, puede imprimirle a todo eso un sentido sobrenatural, una dimensión nueva que, en sus palabras, “te cambia la vida”.